¿Existe alguna forma de que sea más inteligente al usar mi teléfono inteligente?

Resulta que si hay y no tienes que recurrir a nada drástico, según el profesor de la Universidad de Baylor James Roberts, cuya investigación se enfoca en la adicción a los celulares y en cómo nos relacionamos con ellos.



Estos son algunos de sus consejos para hacer eso.

Revisa cuánto tiempo lo usas

«El primer paso en el autocontrol es la conciencia», señala Roberts. Eso significa que su primer consejo para las personas es empezar a poner atención a cómo y por qué estás usando el teléfono.



Puedes descargar alguna aplicación (por ejemplo, Moment) que rastrea el uso general y el tiempo que le dedicas a varias aplicaciones. (Te sorprenderás al saber exactamente cuántos minutos u horas, pierdes en Instagram todos los días) Roberts lo llama «usar a la tecnología en su contra», pero si eso se te hace contradictorio puedes irte con el viejo infalible: un diario. ¿Lo usas porque estás aburrido? ¿Porque te sientes incomodo? Descubre el por qué y puedes comenzar a aliviar tu dependencia.

Y a partir de ahí, puedes canalizar dicho aburrimiento o incomodidad en otra cosa, más útil, por ejemplo, en ese libro que no se ha movido de tu buró en semanas, o tomando agua.

Ponte límites y usa un control externo

Hay otra cosa muy buena sobre esas aplicaciones. Muchas te permiten establecer límites personalizados, lo que significa que no puedes perder toda la tarde haciendo doble clic en tu feed de IG o revisando los últimos cuatro meses de tweets de tu ex. «Simplemente no creo que eso vaya a funcionar», dice Roberts. «Se trata de lograr un equilibrio. Puedes establecer algunos límites».

Usa las respuestas automáticas no sólo cuando salgas de viaje

Tal vez seas de las personas que ya han probado el alivio que trae la respuesta automática. Hay algo que tienes que saber: funcionan todo el tiempo no sólo para cuando te vas a la playa. Si tienes el tipo de trabajo o jefe que te exige estar disponible casi todo el tiempo, Roberts recomienda utilizar el mismo sistema para cosas cotidianas como cuando sales a cenar, o a correr. «Reciben una respuesta tuya de inmediato, ¿no? como ‘estoy manejando’ o incluso ‘estoy pasando tiempo con mi familia'». Todas esas cosas le hacen saber a la gente que aunque no estés disponible en ese momento, estás al pendiente siempre».

Involucra a otras personas

«Algo que usamos para cambiar el comportamiento un poco son los ‘contratos sociales'», dice Roberts. Ahora, tal vez suene un poco intenso, pero… digamos que tu incesante scrolleo en Twitter ya causó un distanciamiento entre tú y tus amigos o tu pareja.

Roberts señala que un poco de responsabilidad puede servir mucho, y tener a alguien que trabaje contigo puede ser muy útil. «No estamos solos contra el mundo; también hay otras personas que tienen mejores intereses en mente para trabajar con nosotros». El contrato puede escribirse, y debe quedar claro lo que estás tratando de lograr y qué comportamiento estás tratando de alentar. Incluso puedes tener recompensas y castigos establecidos (por ejemplo, » No revisaré mi teléfono cuando salgamos a cenar o de lo contrario yo pago la cena»).

Ponte metas tangibles y realistas

No sólo te digas a ti mismo que vas a dejar de scrollear por Facebook o que vas a hacer compras para distraerte o porque estás aburrido. «Otra cosa que puedes hacer es tener metas claras», dice Roberts. Decir que ‘sólo mandarás ciertos mensajes por día’, o que ‘sólo vas a pasar cierto tiempo en tus redes sociales’… es un buen recordatorio».