Sus multimillonarias multas contra empresas de Silicon Valley le valieron las críticas del presidente estadounidense Donald Trump a la «señora de los impuestos» de la Unión Europea (UE), pero Margrethe Vestager, comisaria de la Competencia, no está dispuesta a ceder.
Esta tenaz política danesa de 50 años asestó este miércoles un nuevo golpe contra el gigante estadounidense Google, al imponerle una multa récord de 4.342 millones de euros por abuso de posición dominante con su sistema operativo para dispositivos móviles Android.
No es el primero. En 2017, ya le había impuesto 2.424 millones de euros por favorecer en su popular buscador a su servicio ‘Google Shopping’ frente a sus rivales. Y todavía tiene entre manos un nuevo caso, en concreto por su sistema publicitario AdSense.
Sus decisiones sobre empresas de Estados Unidos, como Apple en 2016 o Amazon en 2017 por ventajas fiscales indebidas, hicieron que Trump le dijera en la pasada cumbre del G7 a su jefe Jean-Claude Juncker: «Su señora de los impuestos (…) odia realmente Estados Unidos», según varios medios.
«He hecho mi propia verificación sobre la primera parte de la frase. Trabajo con impuestos y soy mujer, por lo que esto es 100% correcto», dijo este miércoles esta exministra de Economía danesa, convertida en una de las caras más conocidas de la Comisión.
La segunda parte de la frase de Trump es, a su juicio, errónea. «Me gusta mucho Estados Unidos (…) pero el hecho es que este caso no tiene nada que ver con lo que siento, nada en absoluto», agregó la guardiana de la competencia en una sala de prensa a rebosar.
De hecho, entre sus objetivos también hay empresas europeas. En 2016, infligió una multa récord de 2.930 millones de euros a cuatro fabricantes de camiones acusados de pactar precios, entre ellos el alemán Daimler y el sueco Volvo-Renault Trucks.
– ‘Margrethe III’ de Dinamarca –
Responsable de una de las carteras más importantes de la Comisión, dispone de un poder real de sancionar. Y, hasta ahora, ha sabido utilizarlo hábilmente para mostrar la utilidad de esta institución, considerada por muchos como demasiado débil ante los ‘lobistas’.
En una entrevista con la AFP en septiembre, la comisaria reconocía que su interés por los asuntos europeos le vino durante su periodo como ministra de Economía danesa entre 2011 y 2014, poco antes de su desembarco en Bruselas.
«Una cosa que me pareció increíble entonces y que sigue pareciéndome increíble es que logramos alcanzar soluciones y ponernos de acuerdo, pese a que venimos de culturas políticas completamente diferentes», explicó.
Como buena escandinava, habla inglés con fluidez. Elegante y directa, supo imponer su estilo en el seno de la Comisión presidida por Juncker. «Sus colaboradores la aprecian mucho. Mantiene relaciones poco jerárquicas», según una fuente que trabaja en su misma planta.
Esta hija de pastores luteranos, alta, de cabellos cortos grisáceos y ojos entre verdes y azules cultiva esta misma impresión de accesibilidad con los periodistas, a los que recibe en su oficina decorada con fotos de familia, donde se ven sus tres hijas.
A menudo apodada «Margrethe III», una alusión a la reina Margarita II de Dinamarca, esta diplomada en Ciencias Políticas se convirtió en 1998 en la ministra más joven de su país, a los 29 años, al asumir la cartera de Educación.
Con su impulso, su partido socioliberal duplicó su resultado en las legislativas de 2011. Vestager, casada con un profesor de matemáticas, habría incluso inspirado en parte la popular serie de televisión danesa «Borgen».
Algunos le predicen un porvenir al frente de la Comisión tras las elecciones de mayo de 2019, pero, según dijo a la AFP, no piensa por el momento en ello, ya que su «filosofía» es intentar hacer su trabajo «lo mejor posible».
«Y, en este sentido, el trabajo siguiente llega naturalmente. Por lo tanto, hay que dar lo mejor de sí misma y, quizás -eso espero-, estaré aquí de nuevo durante la próxima Comisión», apostilló.