Por Katherine Taveras, Cuanta falta hace sentir que nos toca la brisa, recordar por que iniciamos un proyecto, la fe que teníamos en una idea.
Cuanta falta hace vivir momentos de locura, atreverse por inexperiencia, lanzarse para encontrarlo todo. Cuanta falta hace creer, disfrutar, vivir…
Cuanta falta hace obligarse a ir tras un sueño, persistir a pesar de los pronósticos, porque confías en esa voz interior que te guía.
Cuanta falta hace sentir que vale la pena, apasionarse, entregarlo todo. Cuanta falta hace a veces sentir calor en las mañanas.
La emoción y la pasión que sentimos por las cosas al hacerlas son determinantes para lograr un objetivo. Esos sentimientos son el motor para mantener la lucha cuando las cosas no salen bien, vivir sin ellos es no vivir.
Cuanta falta hace la emoción en nuestras vidas cuando vamos detrás de un propósito, cuando queremos continuar pero no tenemos alternativas, o cuando ya finalizamos un ciclo y es necesario iniciar de nuevo.
Se sigiloso, mira a tu alrededor, con cautela se preciso… Quizá no lo has perdido y solo te acostumbraste a la rutina de la vida. Puede que se encuentren ahí en el lugar que las olvidaste alguna vez. Busca pasión y emoción en tu vida y en todo lo que haces, porque cuanta falta hace en momentos de poca luz.