Las cirugías estéticas ya son una práctica natural entre los narcotraficantes mexicanos

El 8 de agosto por la noche empezó a circular entre los medios mexicanos la noticia de que había sido capturado Roberto Mollado Esparza «El Betito», líder de la Unión de Tepito, un cártel de la capital del país que controla el narcomenudeo y al que se le responsabiliza de la ola de violencia por el control de la plaza.

La Comisión Nacional de Seguridad confirmó su detención unas horas después pero había un detalle: en las fotografías de la captura el hombre aparecía con 30 kilos menos, gracias a un bypass gástrico, una prótesis capilar y a pesar de que se dejó crecer la barba, sus rasgos en general se veían más finos.

Su nuevo aspecto le había dado la oportunidad de ocultarse durante meses en zonas residenciales en el sur de Ciudad de México.


“El Betito” bajó 30 kilos, se hizo injerto de cabello y se afinó las facciones

El caso de «El Betito» despertó la polémica sobre cuántos narcos de los que están entre los más buscados no se habrán hecho alguna intervención quirúrgica y si el cambio de apariencia garantiza que los detenidos son realmente quienes las autoridades dicen.

La industria de las narcocirugías en México no empezó con «El Betito» se remonta a 1997 cuando Amado Carrillo Fuentes, el famoso «Señor de los Cielos», líder del Cártel de Juárez, murió en la sala de operaciones por complicaciones en la cirugía a la que se había sometido para cambiar su cara.

Cuando su cadáver fue presentado, su rostro estaba completamente desfigurado. Días después, aparecieron los cadáveres de los tres cirujanos responsables, uno de ellos colombiano, con huellas de tortura.

Carrillo Fuentes se practicaría un procedimiento de rejuvenecimiento facial, un implante en el mentón, se iba a quitar grasa de los pechos y una cirugía en la nariz, pero algo salió mal y falleció.


El caso más drástico es el del “Señor de los Cielos”, quien murió en la sala de operaciones

En 2009, cuando fue detenido su hijo Vicente Carrillo Leyva, su rostro también mostraba pruebas de cirugías estéticas en la nariz, tenía la frente más levantada y los pómulos más pronunciados.


El hijo de Amado Carrillo se afinó la nariz, la barbilla y se rellenó los pómulos

Ignacio Coronel Villarreal , alias «Nacho Coronel», líder del Cártel de Sinaloa en Jalisco, abatido en un enfrentamiento con la Marina, también se sometió a varias operaciones estéticas para cambiar la forma de sus mejillas, mentón y boca.

Ramón Arellano Félix, líder del Cártel de Tijuana, se sometió a una operación de nariz antes de morir en un enfrentamiento en 2002.


“El Menchito” fue detenido luego de haberse sometido a una cirugía de nariz

Y más recientemente, Rubén Oseguera González, hijo de «El Mencho» quien al ser capturado, en 2015, todavía mostraba en la cara algunos moretones producto de una reciente cirugía de nariz.

Por necesidad y no por vanidad

«Las cirugías son muy comunes en la narcocultura, no nada más entre los capos, también entre sus mujeres para que sus cuerpos se vean más atractivos», señaló a Infobae Roberto Zepeda, investigador de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

Quien citó el ejemplo de Joaquín «El Chapo» Guzmán, fundador del Cártel de Sinaloa:

«Si comparas la cara del ‘Chapo’ que agarraron primero (en los 90) no es la misma de cuando lo detuvieron después no se parecían, se cambió la quijada», agregó.


Ni “El Chapo” Guzmán escapó del bisturí

Sandra Ávila Beltrán, la llamada «Reina del Pacífico», quien estuvo presa 7 años en Estados Unidos por narcotráfico y lavado de dinero, también muestra signos de intervenciones quirúrgicas.


Sandra Ávila Beltrán, “La Reina del Pacífico”, se sometía a inyecciones de botox, incluso estando en prisión

Uno de los fundadores del Cártel de los Zetas, Heriberto Lazcano «El Lazca» se sometió a varias cirugías de orejas, según explicaron las autoridades, luego de abatirlo en 2012, ante las dudas sobre las diferencias entre las fotografías que se tenían de él y el cadáver.


“El Lazca” se operó la parte que lo delataba: las orejas

Incluso, analistas aseguran que dos de los capos mexicanos más buscados en el país y en Estados Unidos, no han podido ser capturados porque su aspecto físico es completamente distinto al de las pocas fotografías que existen de ellos en los archivos policiales.

«En una operación de seis o siete horas te puedes hacer hasta cinco procesos quirúrgicossin problema, entre ellos la nariz, el mentón, los maxilares y la frente. El problema es la recuperación, para ver los resultados tiene que esperar de 3 a 4 semanas para desinflamarse y ver algo cercano a los resultados y en dos meses ya ver el resultado final», expresó a Infobae Mario Zaldívar, cirujano plástico.

Cada una de estas operaciones tiene un costo de entre 15.000 (USD 788) y 100.000 pesos (USD 5.256).

En algunos casos no es necesario ir al quirófano, pues en el mentón se pueden aplicar rellenos de ácido hialuronico en un consultorio «y te pueden cambiar mucho la cara, hacerla más larga, más afilada… también se puede poner relleno en los pómulos y eso también te cambia mucho».

Recientemente hay quien también se ha sometido a un procedimiento para alterar las huellas digitales a través de hacer una escisión en la parte central y si el delincuente ya ha sido arrestado con anterioridad, las nuevas huellas no van a coincidir con las registradas.


La cirugía puede ayudar incluso a modificar las huellas digitales (Foto: Gentileza de The New York Times)

¿La cirugía es la salvación?

A pesar de que ante el ojo humano los delincuentes que se han sometido a cirugías plásticas pueden pasar desapercibidos, para los programas de reconocimiento facial de alta tecnología, no.

Raúl Benítez Manaut, uno de los especialistas en temas de seguridad más reconocidos de país, y Mario Zaldívar coinciden en que aunque el rostro sea completamente distinto, existen huesos que no cambian, sobre todo los de la mandíbula, los de la frente y su distancia de la nariz, la separación entre las cejas y la forma y el tamaño del ojo.

«Las máquinas muy sofisticadas sí te reconocen, pero las más sencillas no, por ejemplo, las máquinas de los aeropuertos son para revisar pasaportes, pero no rasgos faciales ni el iris del ojo», explicó Benítez, quien añadió que otros rasgos que no cambian son la estatura y si la persona es derecha o zurda.


Las cirugías y las pocas fotos que existen de él son lo que ha permitido a “El Mayo” Zambada, permanecer libre

Señaló que cirujanos en Colombia o en Venezuela tienen amplia experiencia en este tipo de procedimientos porque en esos países existe toda una cultura de las cirugías plásticas tanto en hombres como en mujeres.

«No es imposible identificarlos, pero sí muy difícil, tienes el caso del Mayo Zambada que dicen que no lo han podido detener porque se hizo cirugía, pero aparte nunca ha estado preso y la única foto que conocemos de él es de hace 20 años. Aparte cambian su estilo de vestir, dejan ese estilo de narcotraficante, sobre todo los del norte, y se ponen trajes, sacos», abundó.

Sobre «El Mencho», aunque sí ha sido detenido, las fotografías que se conocen de él también son muy viejas.

En el caso de los dos, señaló el especialista, la poca información gráfica que existe de ellos y los cambios estéticos que pudieron haberse hecho les dan la libertad hasta para trasladarse en aviones comerciales, mezclados entre la gente, porque así no llaman la atención.