Si sientes que tu dieta está fracasando o que has bajado de peso y no puedes mantenerlo, quizá se debe a ciertas costumbres que no has tenido en cuenta. Identificarlas puede ayudarte a desarrollar estrategias para superarlas. A continuación, revisa si te identificas con algunos de estos problemas y prueba las soluciones simples que te ayudarán con tu dieta, realizadas por los especialistas de Clínica Mayo.

Problema 1. Comer en el trabajo o viendo la TV



Situación: cuando miras televisión o lees, ¿siempre tienes un bocadillo a mano? ¿Comes en tu escritorio mientras trabajas o mientras preparas la cena en tu casa?

Solución:



Es muy fácil consumir calorías en exceso sin darte cuenta. Para cambiar tus hábitos, haz un seguimiento y anota todo lo que comes, y dónde y cuándo lo comes, durante unos días. ¡Puede ser revelador! Una vez que estés más consciente de tus bocadillos, puede que te resulte más fácil detener el mordisqueo o sustituirlo por otros comportamientos.

2. Los alimentos tentadores

Situación: ¿Hay algunos alimentos que no puedes comer con moderación, como galletas o papas fritas? ¿Encuentras que la vista o el olor de ciertos alimentos te tientan a comer en exceso?

Solución: Mantenlos alejados

Mantén la exposición a estos alimentos al mínimo. No tengas golosinas en casa, ¡si están en la casa, estarán en tu boca! Sin embargo, tampoco te niegues tus favoritos. Dedica una pequeña cantidad, pero no cuando tengas demasiada hambre, porque es más probable que comas de más. Divide una golosina favorita con un amigo cuando salgas a comer fuera, o cómprate una pequeña porción cada dos semanas.

3. La hora de las tentaciones

Situación: ¿Hay ciertos momentos del día en que eres más susceptible a comer en exceso? ¿Te apetece un bocadillo después del trabajo o un bol de helado tarde en la noche?

Solución: reemplaza por alimentos sanos

Identifica tus momentos vulnerables del día. Si el hambre es un factor importante, mantente bien provisto/a de alimentos sanos y prácticos, como mandarinas, nueces o galletas de trigo integral. Si comer en ciertos momentos es simplemente un hábito, busca un sustituto, como una taza de té de manzanilla o un baño relajante.

4. Comer afuera o con amigos

Situación: ¿Comes más cuando estás cerca de ciertas personas? ¿Comes algo cuando tu pareja lo hace? ¿Las salidas sociales conducen a comer sin parar?

Solución: ayúdalos a cambiar

Los patrones sociales de alimentación pueden socavar los esfuerzos de pérdida de peso. Reconoce dónde y cómo influye la compañía en tus hábitos alimenticios y decide qué quieres modificar. Ten en cuenta que puedes cambiar también lo que comen los demás: ¡toma la iniciativa!

5. Estás muy apurado/a y te descontrolas

Situación: ¿Saltarte el desayuno hace que pierdas el control de tu alimentación? Cuando estás cansado/a, ¿recurres a la comida chatarra para obtener energía?

Solución: No te saltes comidas

Seguir un plan de alimentación saludable y equilibrado, incluido el desayuno, el almuerzo, la cena y los refrigerios, puede ayudar a mantener el hambre bajo control. Regularmente, dormir bien por la noche también ayuda a controlar el peso.

6. La comida emocional

Situación: ¿Algunos sentimientos te hacen comer, como el aburrimiento, la soledad, el estrés o la ansiedad? ¿Usas ciertos alimentos para calmarte?

Solución: desahógate de otro modo

Aprende a separar la comida del estado de ánimo. Controla tus emociones y esfuérzate por diferenciar el hambre real de la alimentación impulsada por sentimientos. Cuando las emociones son intensas, usa otras estrategias para afrontarlas, como llamar a un amigo o salir a caminar.

Fuente Holadoctor.com