La feria de electrónica de consumo IFA 2018 de Berlín, uno de los salones más importante del sector junto al CES de Las Vegas, presentó este año varias novedades insólitas.
– La ‘maleta-perrito’ –
La I-Porter es una maleta de cabina con ruedas que sigue a su propietario sin necesidad de arrastrarla ni de tocarla. Está equipada con un pequeño robot y ruedas automáticas. Gracias a un láser, la maleta detecta la presencia humana e incluso la velocidad a la que anda su propietario y siempre se mantiene a diez centímetros de distancia. Para evitar que se equivoque y siga a otra persona, sus propietarios tienen que llevar un brazalete Bluetooth. Cuesta unos 1.500 euros.
– Cacerolas futuristas –
El fabricante alemán de electrodomésticos AEG ha desarrollado dos gamas de cacerolas inteligentes, llamadas SenseBoil y SenseFry, que gracias a sus sensores reducen automáticamente la temperatura para evitar que el agua hirviendo se salga o que se queme la carne.
– Traductor universal –
El Pocketalk es un pequeño aparato que cabe en la palma de la mano y sirve de intérprete simultáneo de más de 70 lenguas. Cuando se le dicta una frase en una lengua, la traduce en otra automáticamente. Sin embargo solo funciona con wifi o una tarjeta sim y en algunos casos todavía se confunde. Cuesta unos 230 euros.
– Vibradores conectados –
Los juguetes eróticos conectados tienen un pabellón específico en el salón, con vibradores destinados a los hombres o a ambos sexos. Este sector está en plena renovación porque este año expiró una patente que impedía la aparición de nuevos productos de estimulación sexual autónoma.
– Altavoz ovalado –
La compañía danesa Bang & Olufsen presenta en el salón un altavoz ovalado de aluminio que se puede poner en una mesa o en la pared. Además de su diseño, el altavoz se caracteriza porque se puede activar tocándolo ligeramente con la mano.
– Máscara contra la contaminación –
Entre las numerosas máscaras contra la contaminación en el IFA 2018, la empresa francesa Rpur ha presentado la suya, especialmente pensada para los ciclistas y los motoristas. La máscara filtra las partículas finas, el diésel, el polen, los virus y las bacterias gracias a sus componentes nanotecnológicos integrados en la tela.
