La guerra en Siria dejó más de 360.000 muertos desde que empezó en 2011, según un nuevo balance publicado el jueves por el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos (OSDH).
El último balance era del 12 de marzo y contabilizó más de 350.000 muertos en siete años de conflicto.
La guerra en Siria empezó en marzo de 2011 tras la dura represión del régimen contra manifestaciones pacíficas que pedían reformas democráticas, en la estela de la Primavera Árabe.
Luego varios grupos opositores tomaron las armas y el conflicto se hizo más complejo con la participación de países extranjeros y de grupos yihadistas.
Un total de «364.792 personas murieron entre el 15 de marzo de 2011 y el 13 de septiembre de 2018», indicó el jueves el OSDH, que se informa a través de una amplia red de fuentes en el país.
Entre los muertos hay 110.687 civiles, entre ellos 20.000 niños y cerca de 13.000 mujeres, indicó la organización.
También murieron más de 124.000 miembros de las fuerzas prorégimen. Entre ellos hay 64.868 soldados del ejército sirio y 1.665 combatientes del Hezbola libanés, según el OSDH.
A ellos se suman la muerte de 64.000 yihadistas y et extremistas islamistas, incluyendo miembros del grupo Estado Islámico (EI) y de la organización Hayat Tahrir Al Cham, controlada por la antigua rama siria de Al Qaida.
