Cuántas situaciones difíciles tenemos que enfrentar inesperadamente, debido a las decisiones que tomamos sin consultar a Dios, creyendo que son buenas, pero resulta que no es así. Muchas las tomamos bajo presión, lo cual nos lleva a actuar de inmediato conforme a lo que creemos que nos conviene. Luego, a pesar de que vemos los resultados, no aprendemos y seguimos igual, haciendo lo mismo.
Por eso vemos tantas personas buscando del Señor pero alejados totalmente de Su camino. No han querido entender que ya nuestra vida no nos pertenece, sino a Él; que todo debemos consultárselo, pidiéndole guía por más simple y sencillo que parezca.
Ninguna decisión tomemos hasta que Él nos hable. Para eso, no nos precipitemos, dejándonos influenciar por las presiones de los demás que nos hacen olvidar que dependemos de Él. Porque una mala decisión destruirá nuestro propósito, pero una buena decisión nos afirmará en Su buena voluntad.
Por la pastora Montserrat Bogaert/ Iglesia Monte de Dios