China rechazó este martes seguir adelante con las negociaciones comerciales con Estados Unidos tras el «cuchillo en la garganta» que suponen los nuevos aranceles de Washington y pidió «respeto mutuo».
La guerra comercial entre las dos primeras economías mundiales se agravó el lunes con la entrada en vigor de nuevos aranceles estadounidenses del 10% a productos chinos por valor de 200.000 millones de dólares anuales.
«Estados Unidos acaba de adoptar restricciones comerciales muy importantes. Al ponernos un cuchillo en la garganta de esta manera ¿cómo pueden celebrarse negociaciones? No serían negociaciones y consultas llevadas a cabo en un clima de igualdad», declaró el viceministro chino de Comercio, Wang Shouwen, en una rueda de prensa en Pekín.
China prometió responder con aranceles del 5% o el 10% a productos estadounidense por valor de 60.000 millones de importaciones anuales.
Desde hace meses el presidente Donald Trump reclama a China que ponga fin a las prácticas comerciales que considera desleales. Lamenta en particular que las empresas estadounidenses que quieren invertir en China están obligadas a compartir con compañías locales su tecnología, lo que Trump califica de «robo» de propiedad intelectual.
Ambos países organizaron varias reuniones para intentar resolver sus diferencias. La última fue en agosto, cuando el viceministro chino de Comercio, Wang Shouwen, visitó Washington.
El secretario del Tesoro de Estados Unidos, Steven Mnuchin, se había puesto en contacto recientemente con sus homólogos chinos para reanudar las negociaciones. Pero los nuevos aranceles de Trump acabaron con la iniciativa.
«Las consultas terminaron con varios consensos e incluso hubo una declaración común. Pero Estados Unidos rechazó los consensos y tomaron medidas de restricción comercial. En este contexto no es posible seguir con las negociaciones», dijo este martes Wang Shouwen.
La guerra comercial entre Pekín y Washington se agravó en los últimos meses, a pesar de las advertencias a Trump de las compañías estadounidenses sobre las consecuencias para la economía mundial.
Los aranceles estadounidenses que entraron en vigor el lunes llevan el valor total de las mercancías chinas afectadas a 250.000 millones de dólares, una cifra que representa aproximadamente la mitad de las exportaciones anuales de China hacia Estados Unidos.
El gigante asiático replicó por su parte a estas medidas con aranceles a productos estadounidense por valor de 110.00 millones de dólares en anuales, casi la totalidad de importaciones estadounidenses a China.
– Memorias y preservativos –
La batalla comercial entre las dos primeras economías mundiales preocupa a los analistas.
La agencia de calificación financiera Fitch revisó a la baja sus perspectivas de crecimiento del PIB chino y prevé ahora un aumento del 6,1% este año (dos décimas menos que sus previsiones de junio) y del 3,1% (una décima menos) en 2019.
Los aranceles estadounidenses anunciados el lunes afectan a todo tipo de productos chinos, desde memorias para ordenadores hasta fotocopiadoras y cajeros automáticos.
Las medidas chinas apuntan por su parte a un total de 5.200 productos estadounidenses, incluyendo el gas natural licuado (GNL), los componentes electrónicos o los preservativos.
Pekín, sin embargo, no descartó completamente reanudar las negociaciones en un futuro.
«Del lado chino estamos abiertos a la negociación para resolver las diferencias económicas y comerciales. Pero si queremos que estas negociaciones sean eficaces, tenemos primero que tratarnos con igualdad y con respeto mutuo», dijo Wang Shouwen.
«La reanudación de las consultas (…) depende totalmente de la voluntad de Estados Unidos», añadió.