Cuántas personas que están cerca de nosotros necesitan conocer a Jesús para que sus vidas cambien y sean transformadas. Vemos la condición en que viven: llenos de temores, en pecado, vacíos, repletos de vanidad, depresivos, iracundos, inconformes y un sinnúmero de cosas las cuales demuestran que no están bien.
A pesar de conocer esta situación y saber que tenemos el pan de vida, no nos lanzamos y les presentamos al Salvador Jesucristo a todas esas personas. Por esto es necesario que pensemos que si alguien no se hubiera atrevido a predicarnos, estaríamos en la misma condición en que ellos están.
Solamente con recordar lo que éramos y lo que somos ahora, debemos motivarnos a no ser indiferentes ante las necesidades de los demás. “Dad por gracia lo que por gracia habéis recibido”. Es decir, lo mismo que hemos recibido debemos darlo por agradecimiento a Dios, por lo que hizo al libertarnos de la esclavitud y brindarnos una vida mejor.
Aun cuando las personas no externen sus necesidades, hablémosles de Jesús, porque Él nos ha encomendado predicarles la Palabra, y ha permitido que estén a nuestro lado para que Lo conozcan y se regocijen del que les cambia sus vidas: ¡Jesús!
Por la pastora Montserrat Bogaert/ Iglesia Monte de Dios
1 Timoteo 2:11-15 Reina-Valera 1960 (RVR1960)
Plinio retrogrado, sigue leyendo libros de cuentos.
eso lo escribió un pendejo para que tu tengas miedo y no crezcas.
que pobre de mentes , arrodillaos y pidiendo perdón para que el cura le este dandole pinga a los carajitos.
José, lo de predicar la palabra ha estado escrito en la Bíblia siempre en Mateo 28:19,20 – «Por tanto, vayan y hagan discípulos de todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, 20 enseñándoles a obedecer todo lo que les he mandado a ustedes. Y les aseguro que estaré con ustedes siempre, hasta el fin del mundo».
Supuestamente todas la iglesias lo hacen, pero solo a una he visto y no solo yó sinó todo el mundo, los testigos. Es tanto así que cuando alguien los vé saben que son ellos.
el que mira hacia afuera sueña, el que mira hacia dentro despierta.