El papa Francisco llamó este miércoles al conjunto de los católicos chinos a una «reconciliación», tras un histórico acuerdo con Pekín sobre el nombramiento de obispos.

«Invito en consecuencia a todos los católicos chinos a ser los artífices de la reconciliación» escribe el papa en un «mensaje a los católicos chinos».



Francisco reconoce que algunos de ellos podrían tener «la sensación de haber sido como abandonados por la Santa Sede».

El Vaticano firmó el sábado un histórico acuerdo con China, sobre el espinoso tema del nombramiento de obispos en este país.



Sin embargo este acuerdo preliminar anunciado el sábado, tras 67 años de separación entre Roma y Pekín, sume en la incertidumbre a los millones de católicos chinos fieles a la «iglesia subterránea», que sólo reconoce la autoridad del papa, más que a la Iglesia «oficial» sometida al régimen.

Los 12 millones de católicos chinos, en este país de 1.400 millones de personas, están divididos desde hace décadas entre estas dos iglesias.

Los próximos nombramientos constituyen además un paso clave para la unificación de las dos iglesias católicas que conviven en ese país comunista.

China, por su parte, se comprometió a dejar de nombrar obispos sin el mandato papal, como ocurría en el pasado, pero será consultada sobre los candidatos.

Al volver este martes de Estonia, Francisco había declarado en el avión: «Cuando se hace un acuerdo de paz o una negociación, las dos partes pierden algo. Es la regla».

«Roguemos por los sufrimientos de algunos que no comprenden o que tienen tras ellos tantos años de clandestinidad», agregó.