Estos son los diez momentos decisivos de la Primera Guerra Mundial desde el atentado de Sarajevo, el 28 de junio de 1914, al armisticio del 11 de noviembre de 1918.
La guerra causó 10 millones de muertos, trastocó el mapa de Europa, tumbó tres imperios, contribuyó a la revolución soviética y fue una causa latente de la Segunda Guerra Mundial.
– El atentado de Sarajevo –
El 28 de junio de 2014, el príncipe heredero del imperio austrohúngaro, el archiduque Francisco Fernando, y su esposa Sofía se encontraban en Sarajevo, capital de Bosnia. Esta antigua provincia del imperio otomano fue anexionada en 1908 por Austria-Hungría, cuya principal rival en los Balcanes era Serbia, aliada de Rusia.
El estudiante nacionalista serbiobosnio Gavrilo Princip mató de dos disparos al archiduque y a su esposa. Austria responsabilizó a Serbia del asesinato. Esto puso en marcha un engranaje que desembocó en la Gran Guerra un mes después.
– La declaración de guerra –
El 28 de julio Austria declaró la guerra a Serbia y bombardeó Belgrado tras haberle dado un ultimátum el 23 de julio. El 30 de ese mes, Rusia decretó la movilización general para intimidar a Austria. El 1 de agosto, Alemania, aliada de Austria, y Francia, aliada de Rusia, proclamaron la movilización general. Ese mismo día Berlín declaró la guerra a Rusia.
El 3 de agosto, Alemania declaró la guerra a Francia y las tropas alemanas invadieron Bélgica. Al día siguiente, el Reino Unido, aliado de Francia y de Rusia, declaró la guerra a Alemania por violación de la neutralidad belga.
– La batalla del Marne –
Al comienzo de septiembre de 1914, después de un mes de ofensiva relámpago en Bélgica y en el nordeste de Francia, las tropas alemanas se encontraban a unas decenas de kilómetros de París. El gobierno francés se fue a Burdeos.
El 6 de septiembre, las fuerzas francesas, dirigidas por el general Joffre, y las británicas lanzaron un contraataque: la batalla del Marne.
Como la red ferroviaria estaba desorganizada el general Joseph Gallieni, gobernador militar de París, decidió requisar unos 700 taxis para transportar a entre 5.000 y 6.000 combatientes al frente. Fue la primera operación de transporte de tropas motorizado de la Historia, pero su papel en la contienda resultó marginal.
La batalla principal se libró del 6 al 9 de septiembre. Las fuerzas alemanas se replegaron. Las bajas en cada bando fueron tremendas: casi 100.000 muertos o desaparecidos de cada lado y dos veces más de heridos.
El 17 de noviembre, el frente oeste de estabilizó desde el Mar del Norte hasta Suiza y la guerra que los dos bandos creían breve se fue alargando.
– Los Dardanelos –
El 25 de abril de 1915, fuerzas británicas y francesas desembarcaron en Galípoli, en el estrecho turco de los Dardanelos, controlando el acceso a Constantinopla (hoy Estambul) y al mar Negro, cerrado por Turquía –aliada de Alemania y el imperio austrohúngaro– al comienzo de la guerra.
La operación, defendida por Winston Churchill, al frente de la Marina Real británica, tenía por objetivo alcanzar a Alemania y a Austria por la retaguardia y establecer un enlace con Rusia.
Se saldó con un fracaso estrepitoso: 180.000 muertos entre los Aliados, que acabaron evacuando sus tropas en enero de 1916.
Autralianos y neozelandeses conmemoran en la actualidad la Batalla de Galípoli porque lucharon en ella por primera vez bajo su bandera nacional.
– Verdún –
El 25 de febrero de 1916, los alemanes que querían «desangrar por completo» al ejército francés y obligar a París a pedir la paz, lanzaron una gran ofensiva al norte de Verdún.
A partir de junio el avance alemán se estancó. En octubre y diciembre los franceses reconquistaron los fuertes emblemáticos de Douaumont y la mayor parte del terreno perdido al comienzo de la batalla.
En diciembre de 1916, cuando la batalla terminó, las líneas casi no habían cambiado, lo que demuestra lo absurdo del combate.
El número de víctimas fue enorme y repartido casi a partes iguales entre los dos bandos: cientos de miles de muertos.
– La batalla del Somme –
La batalla del Somme está considerada la más sangrienta de la guerra con 1,2 millones de muertos, heridos o desaparecidos. Los alemanes y los Aliados (en su mayoría británicos) se enfrentaron en el norte de Francia entre julio y noviembre de 1916.
La ofensiva fue lanzada por los Aliados el 1 de julio, el día más sangriento de la historia británica con 20.000 muertos o desaparecidos –la mayoría de ellos durante la primera hora– y 40.000 heridos.
Después de cinco meses de combates, los avances sobre el terreno eran ínfimos.
– Estados Unidos en guerra –
En enero de 1917, para romper el bloqueo marítimo británico que la asfixiaba, Alemania se lanzó en una guerra submarina sin limitaciones, atacando a todo buque en ruta a Gran Bretaña, incluso mercantes neutrales, con la esperanza de acelerar el final de la contienda ahogando económicamente a Inglaterra.
La estrategia resultó contraproducente porque el 6 de abril Estados Unidos, hasta entonces neutral pese a varios ataques a sus buques, declaró la guerra a Alemania.
El 26 de junio el primer convoy estadounidense llegaba a Francia. El cuerpo expedicionario alcanzó 1 millón de hombres en el verano de 1918 y 2 millones al final de la guerra.
Casi 117.000 soldados estadounidenses murieron durante la guerra.
– Camino de las Damas –
El 16 de abril de 1917, el ejército francés, bajo las órdenes del general Robert Nivelle, lanzó una ofensiva con un millón de hombres en el Camino de las Damas, una pequeña carretera usada otrora por las Damas de Francia (las hijas del rey Luis XV).
La ofensiva chocó con la resistencia alemana. Hasta principios de mayo sólo ganaron unos cientos de metros; el número de muertos franceses llegó a unos 100.000 en pocas semanas.
El 15 de mayo, el general Philippe Pétain sustituyó a Nivelle, destituido. Decidió parar las grandes ofensivas pero primero tenía que ocuparse de los motines.
Entre 30.000 y 40.000 hombres participaron en revueltas, a menudo en la retaguardia, entre tropas que veían que iban a arriesgar la vida por avances casi nulos. 554 amotinados del Camino de las Damas fueron condenados a muerte. De ellos 49 fueron ejecutados y los otros indultados.
– La Revolución Rusa –
Entre 1914 y 1917, Rusia perdió en combate más de dos millones de soldados y oficiales, debido sobre todo a un armamento insuficiente.
En marzo de 1917, una primera revolución provocó la abdicación del zar Nicolás II y la formación de un gobierno provisional, pero este último no controlaba casi nada y no contemplaba retirarse del conflicto, que se había vuelto muy impopular en el país.
En noviembre (octubre, según el calendario ortodoxo entonces vigente), los bolcheviques tomaron el poder y su primera decisión fue proponer a los países en guerra contra Rusia que pusieran fin a las hostilidades.
Lenin alcanzó el 15 de diciembre en Brest-Litovsk un armisticio con los alemanes que puso fin a los combates, y el 3 de marzo de 1918 un tratado que hizo perder a Rusia una gran parte de sus territorios occidentales en beneficio de Alemania (Polonia, Países Bálticos y Finlandia…) y más del 30% de su población.
Alemania pudo entonces volver a desplegar una parte de sus fuerzas hacia el frente occidental.
– Rethondes –
Tras haber sufrido durante la primavera cuatro grandes ofensivas de los alemanes que lograron romper el frente, los aliados reforzados por los primeros contingentes estadounidenses lanzaron en verano, desde el Marne, una contraofensiva general, empleando tanques en forma masiva por primera vez.
Preparada por el general Ferdinand Foch, comandante en jefe de las fuerzas aliadas, esta contraofensiva cambió definitivamente el curso de la guerra y provocó una retirada alemana en todos los frentes.
Uno detrás de otro, los aliados de Alemania se fueron hundiendo: Bulgaria firmó un armisticio el 29 de septiembre; Austria fue derrotada por los italianos en Vittorio Veneto (24-27 de octubre); Turquía se vio obligada a firmar el armisticio de Mudros el 30 de octubre.
En Alemania, un movimiento revolucionario desencadenó la abdicación del emperador Guillermo II el 9 de noviembre y la proclamación de la República.
El 11 de noviembre, a las 05H20 de la mañana, en Rethondes (cerca de Compiègne, al norte de París), en el vagón del general Foch, una delegación alemana, con el acuerdo del nuevo gobierno de Berlín, firmó el armisticio.
Los alemanes aceptaron entregas considerables de material de guerra, vagones, locomotoras. Liberaron sin reciprocidad a los presos aliados y debieron evacuar en 15 días los territorios invadidos al oeste, así como Alsacia-Lorena.
A las 11h00 en punto entró en vigor el alto el fuego. La Primera Guerra Mundial había terminado.