Cuando Dios tiene un propósito en nuestra vida nadie puede oponerse. Esto debe fortalecernos en los momentos difíciles, los cuales nos hacen pensar que no lo alcanzaremos, dando más credibilidad a lo que estamos viviendo que a Su Palabra. Aunque las puertas se hayan cerrado y lo que estábamos esperando no llegó, no podemos perder la confianza, porque Él lo hará por encima de toda circunstancia y de toda oposición.

David es un ejemplo fiel de esto. Aun cuando no fue tomado en cuenta, cuando llegó el profeta a su casa nadie pudo impedir que él fuera ungido como rey, porque este era el propósito de Dios ¿Quién puede contender con lo que Dios ha decretado? ¡Nadie!



Dejemos que Dios haga las cosas a Su manera aunque no entendamos lo que está pasando. No cuestionemos ni nos rebelemos. Al contrario, oremos para que se haga Su voluntad, declarando Su palabra que dice “Él cumplirá Su propósito en mí”.

Por la pastora Montserrat Bogaert/ Iglesia Monte de Dios