Penélope Cruz ganó el Óscar en 2009 con una película producida por Harvey Weinstein, el otrora magnate de Hollywood que desde hace casi un año está enterrado bajo una montaña de acusaciones de abuso sexual.
«Gracias Harvey Weinstein», dijo la actriz española entre sus agradecimientos al recibir la estatuilla aquel día por su papel de María Elena en «Vicky Cristina Barcelona», que dirigió Woody Allen, otro de varios pesos pesados del mundo del entretenimiento en la mira del movimiento #MeToo.
Cruz tenía entonces 34 años. Ya había sido nominada en 2007 por «Volver» y lo fue también el año siguiente, en 2010, por «Nine», otra película que salió del estudio The Weinstein Company, que quedó en bancarrota en medio del escándalo y terminó siendo vendido a un fondo de inversión.
«Que Harvey era una persona complicada, eso lo sabíamos todos. Habíamos tenido discusiones a nivel de trabajo pero yo nunca estuve en las otras situaciones, nunca», dijo Cruz a la AFP en una entrevista telefónica.
Angelina Jolie, Gwyneth Paltrow, Rose McGowan, Lea Seydoux, Rosanna Arquette y Cara Delevingne fueron algunas de las celebridades que lo acusaron de acoso o abuso.
También lo hizo Salma Hayek, que lo llamó «monstruo» y aseguró que la acosó sexualmente, la sometió a su ira creciente y hasta la amenazó con matarla.
Hayek contó su historia en un ensayo en el New York Times. Cruz, que la considera una «hermana», nunca lo supo.
«Tampoco le puedes echar a una amiga en cara que no te haya contado algo en un momento dado», siguió.
Al estallar el escándalo, Cruz, hoy con 44 años, dijo que las acusaciones contra Weinstein le causaron «asombro y profunda tristeza». «Yo no conocía ese lado suyo», dijo en un comunicado en el que aseguró que él siempre «fue respetuoso» y nunca fue «testigo de semejante actitud».
La «chica Almodóvar» entonces se solidarizó con las víctimas, no solo de Weinstein sino en general, porque hasta hoy insiste en que es un tema que sobrepasa a Hollywood.
«Siento que tengo que hablar en nombre también de las mujeres que no tienen un trabajo de cara al público, de la mujer que se dedica a la limpieza o que es profesora, doctora, abogada, mujeres a las que nadie les está poniendo un micrófono», indicó a la AFP.
Weinstein, de 66 años, se declaró «no culpable» en Nueva York de seis cargos de abuso sexual. Si es juzgado y hallado culpable, puede ser condenado a cadena perpetua.
– «Linchamientos mediáticos» –
Cruz está clara en que «nadie puede pensar que todo está solucionado», pero cree que «todo lo que ha salido a luz es tan gordo, tan importante» que «ha significado el principio de un cambio».
«Hay que seguir luchando entre todos por una igualdad, y entre todos quiere decir mujeres y hombres, esto no es un enfrentamiento con los hombres», dijo Cruz, agregando que se trata de «una lucha a muy largo plazo».
La actriz promociona la película «Loving Pablo», sobre la vida del capo Pablo Escobar, que se estrena el 5 de octubre en Estados Unidos y que protagonizó con su esposo, el también español y ganador del Óscar Javier Bardem. La cinta, dirigida por su compatriota Fernando León de Aranoa («Los lunes al sol», «Amador», entre otras), ya fue proyectada en España y México.
El escándalo Weinstein impulsó a otras personas a denunciar a pesos pesados de la industria como los actores Kevin Spacey y Morgan Freeman y el expresidente de CBS Leslie Moonves, y dio vida al #MeToo y al Time’s Up contra los abusos y por más equidad en Hollywood.
Bardem dijo a la AFP que estos movimientos son muy importantes y que están creando cambios necesarios, pero hizo un llamado contra los «linchamientos mediáticos».
«Hay que tener cuidado con poner el dedo», afirmó, pues tras una acusación pública «la persona es considerada culpable» sin «ni siquiera espacio para defender su inocencia», indicó.
Bardem ganó el Óscar en 2008, un año antes que Cruz, por su papel en «Sin lugar para los débiles», filme producido por Miramax, de Harvey Weisntein.
«Creo que ahora mismo las personas son mucho más sensibles, tanto los hombres como las mujeres», indicó el actor un año después del escándalo. «Todavía queda muchísimo por recorrer».