La fe es la clave para alcanzar lo que necesitamos. Sin esta no será posible, ya que por medio de ella nos fortalecemos para luchar por los imposibles y vencer los obstáculos que se presentan en nuestra vida diaria.

Fe no es estar hoy decidido y mañana cambiar de opinión; fe es mantener la misma posición de principio a fin, sin fluctuar ni un solo instante. Por eso Jesús les hizo la comparación con el grano de mostaza, para que vieran el resultado de tener fe.



La fe crece cada día; por eso necesitamos ejercitarla. No es lo mismo la fe que teníamos cuando llegamos a los pies del Señor que la que tenemos ahora, ya que se ha fortalecido por todas las pruebas y batallas que hemos tenido que pasar.

No hay excusa para decir “No tengo mucha fe para pelear esta batalla”, porque solamente necesitas que sea del tamaño del grano de mostaza. Entonces le dirás “¡Quítate!” al monte, y se quitará.



Por las pastora Montserrat Bogaert/ Iglesia Monte de Dios