Por Whilquerson Medina Sánchez: La comunidad internacional; los grupos sociales en defensa de la mujer, la sociedad feminista y lógicamente los activistas políticos que promueven la libertad de la mujer fundamentada en el empoderamiento y la igualdad social frente al hombre, son los principales factores que han alejado a la propia mujer de su rol natural y sobre todo del orden divino de la formación, la protección y cuidado de la familia.

No quiero enfocar este tema con argumentos bíblicos, pero sería muy ligero si no enfoco este tema referenciando la familia como Dios la estableció desde el Génesis. Pues como es sabido, la familia es la composición y resultado de la unión de un hombre y una mujer. Sin embargo, las corrientes feministas tratan de desvirtuar y desnaturalizar este concepto cuando pretenden que se les de el derecho a elegir su preferencia sexual, que se le permita abortar, que se le dé el rango de igualdad social frente al hombre y ahora el nuevo término que se les permita a los niños una libre preferencia sexual basada en 3 ideologías: hombre, mujer y un tercer término Género.



Whilquerson Medina Sánchez

Todas estas modas no son más que recetas internacionales que emanan de una agenda internacional de los países desarrollados que buscan influenciar  e imponer sus culturas, aprovechándose de las soberanías débiles cuyas economías son dependentista o encadenadas como la nuestra.

Pues la República Dominicana, no escapa a los males que hoy tiene; pues en el festival de etiquetas negativas hoy por hoy exhibimos los récords y premios de ser el país de: principal índice  de embarazos en adolescentes, mayor alta tasa de mortalidad materna infantil, producción de 100,000 abortos por año pese a que está penalizado, tenemos que el 22% de nuestras adolescentes ya es madre, contamos con un desempleo del 17% de los cuales nuestra juventud ocupa el 85%, contamos con una alta deserción escolar fundada en embarazos de adolescentes, y una pobreza cubierta por nuestro Estado a consecuencia de los innumerables inocentes nacidos fruto de una juventud desenfrenada en los placeres sexuales que son promovidos por nuestros medios de comunicación, el internet y la misma descomposición social familiar.



Este esquema de descomposición social y ausencia de defensa de la familia que sitúa a nuestra nación con los altos indicadores de delincuencia común y criminalidad organizada, debe ser motivo de análisis no desde el predicado sino desde el SUJETO. Decimos esto, porque nos hemos quedado en la defensa de la mujer y la creación de sus derechos, y no en la enseñanza de los deberes que es precisamente donde nacen los derechos, nos hemos ocupado en la enseñanza del uso de los preservativos y no en enseñarle a nuestras jóvenes en la obligación de esperar la madurez moral y social para tener una relación sexual responsable, nos hemos ocupado en crearle libertad pero la estamos enseñando  a quedar esclavizada en un traje social que cada día las hace tan diferentes que les roba la oportunidad de sentirse mujer, esposa y sobre todo de ser una madre apegada a su familia; ya que hoy se le enseña mucho mejor tener en vez de ser, conquistar en vez de dar, empoderarse en vez de ceder y por esa razón muchas logran apartamentos pero pierden sus hogares, otras logran carros pero fracasan manejando una relación, algunas exhiben títulos pero no tienen una educación social, otras exhiben un lindo cuerpo pero esconde la soledad de no tener una familia deseada.

Al parecer, muchos le temen hablar del tema, porque es tan raro debatir un contenido donde existe un eclipse cognoscitivo del orden natural de la familia. Pues las feministas defienden sus posiciones obstinadamente como si se montasen en un avión rumbo a un destino sin sentido.

Por eso, si analizamos los 2 temas que más nos afectan: Pobreza y Delincuencia, pudiéramos conducirnos hacia los orígenes de ellos basados en lo siguiente: la pobreza la crean nuestros gobernantes y políticos cuando mal manejan los ingresos tributarios y cuando existe corrupción, pero también nosotros mismos cuando tenemos una familia descompuesta por dos adolescentes que prematuramente fruto de una relación sexual irresponsable tuvieron un niño que creció sin conocer o respetar a su falso papá y falsa mamá y por ende ese niño transita por una crianza abrazada por el internet, la calle, la moda,  la fantasía social, la inmoralidad social que lo hacen vulnerable, muchos de ellos son violados, otros abandonados  y en el peor de los casos algunos se refugian en grupos sociales delictivos destinando sus vidas hacia el viaje de la muerte porque mueren en manos de los mismos otros delincuentes o de la policía. Esta pobreza, es fruto de no tener un papá y mamá con preparación emocional, moral y económica que impidiera que esta sociedad podrida lo mal educara y encaminara hacia una muerte social y luego una muerte física.

Por eso, siempre daré mi apoyo rotundamente al feminismo, pero fundamentado siempre en la familia y no en una competencia de igualdad de derechos para enfrentarnos y darle poder más a uno que otro. Pues finalmente lo que queremos motivar es que si estas fuerzas sociales, estas corrientes y sociedades feministas defendieran la familia como hoy se defiende la mujer; si creáramos mayores controles para la protección de los matrimonios o para el cuidado de nuestros hijos o para la formación y educación de mejores padres y madres, entonces bajaríamos el alto índice de la violencia contra la mujer, tendríamos menos delincuentes y seriamos menos pobres. Pues cada vez que se interroga a un criminal o delincuente después de ser apresado,,, que con quien vivía antes de cometer tal crimen… este responde que vivía con su madre, abuela, tía o hermana…. Entonces el problema está en quien está criando y educando… en esto debemos repensar: en la familia que es la que hoy se pierde y la que más sufre y donde esta no solamente la mujer, sino papá, mamá, niños, abuelos, hermanos, tíos y primos…

El autor es Escritor, Abogado y Periodista