La celulitis infecciosa, también conocida como celulitis bacteriana, ocurre cuando las bacterias consiguen entrar en la piel, infectando las capas más profundas y causando síntomas como enrojecimiento intenso en la piel, dolor e inflamación de la región afectada.

Al contrario de la popular celulitis que, en realidad, se llama fibroedema geloide subcutáneo, la celulitis infecciosa puede causar graves complicaciones como septicemia, que es la infección general del organismo, o inclusive hasta la muerte, en caso de que no sea debidamente tratada debido a una falla de los órganos.