El Barcelona echará de menos a Leo Messi el domingo en el Clásico liguero contra el Real Madrid, pero sobre todo lo echarán de menos los aficionados que acuden al Camp Nou no para ver el partido o a los equipos, sino a él, a su forma de jugar.

Este será el primer Clásico sin Messi ni Cristiano Ronaldo desde diciembre de 2007, cuando Julio Baptista hizo el gol de la victoria blanca 1-0.



Desde entonces, se han sucedido 35 encuentros entre ambos, muchos de los cuales se vieron animados por la actuación del astro argentino, que no estará el domingo sobre el césped del Camp Nou.



Cuando cayó de mala manera el pasado fin de semana contra el Sevilla, fracturándose un brazo, fue un duro golpe para el Barcelona, pero aún fue más duro para los aficionados que habían previsto acudir al Clásico para verlo.

A más de 8.000 kilómetros en Whitehorse (norte de Canadá), el fan de Messi Myles fue uno de los que estaba viendo la lesión. Tiene el nombre «MESSI» en su matrícula del coche y los seis años que lleva como hincha del Barça supone que sólo ha conocido al club con Messi como estrella.

– Más que una conmoción –

 

«Me considero un gran aficionado del Barça, pero tengo una obsesión especial con Messi», afirma.

Myles y su novia han pagado 500 euros cada uno por unas entradas para ver el Clásico. Su vuelo de 19 horas por trayecto les ha costado otros 1.600 dólares canadienses en total.

«Decir que fue una gran conmoción cuando se lesionó es decir poco», afirma Myles.

Y es que la sensación de que el tiempo se acaba para ver al astro argentino aumenta, ya que con 31 años, en no mucho tiempo, muchos de estos lejanos aficionados empezarán a preguntarse si cada Clásico puede ser el último.

Lucas es un texano que está celebrando su décimo aniversario de boda en España. Irá solo al Camp Nou el domingo donde ha comprado una entrada VIP por 1.400 dólares.

«Era una oportunidad única en la vida para mí», afirma Lucas, antes de añadir que «pensé que podría ser mi primera, y probablemente, única vez de poder ver jugar a Messi».

También hay familias, como Marta y su hermano Javier que han volado desde Tenerife y son aficionados del Barcelona desde que eran niños.

«Apoyamos al Barcelona, pero nos gusta Messi», dice Marta, explicando que «nuestro deseo siempre ha sido ver al Barça en el Camp Nou, pero aún más que eso ver jugar al mejor jugador de la historia. La lesión contra el Sevilla nos ha dejado chafados».

– ‘Me duele en el alma’ –

 

Y están los que tiran de orgullo nacional como Laucha, que ha viajado desde la localidad argentina de Viedma.

«Soy una hincha de Boca Juniors y el gasto ha sido considerable, pero Messi es Messi», afirma esta aficionada, que no oculta que «esta oportunidad probablemente no volverá a presentarse para mí. Me duele en el alma».

No hay otro futbolista que atraiga a tanta gente de todo el planeta como Messi.

A medida que los grandes clubes son cada vez más vistos en televisión más que en el campo, por aficionados sin lazos tangibles con esas ciudades, los futbolistas más significativos acaban siendo tan icónicos como el propio club.

Cuando una web anunciaba entradas en Twitter para el partido de la pasada semana entre el Barcelona y el Sevilla, el énfasis era ver a Messi en plena acción: «El Sevilla es una de las víctimas favoritas de Messi», aseguraba el anuncio.

El Real Madrid también lo es. Ha marcado 26 goles en 38 partidos contra el equipo blanco, pero el domingo no podrá hacerlo. Para su contrincante es un alivio, pero para muchos de sus aficionados una lástima, y la incertidumbre de si volverán a tener otra oportunidad.