Una semana después de unas elecciones marcadas por la proliferación de informaciones falsas, los 5,5 millones de estudiantes brasileños que realizaron el domingo las pruebas de acceso a la universidad tuvieron que disertar sobre la «manipulación del comportamiento» de los internautas.

En Brasil, la mayoría de las pruebas del Examen Nacional de Enseñanza Media (ENEM) -que constituye una criba de acceso a las prestigiosas universidades públicas del país- están compuestas por cuestionarios de opción múltiple, además de una redacción sobre un tema en el que el candidato debe usar elementos de diferentes asignaturas.



Y, en mitad de la polémica, el tema escogido este año fue: «La manipulación del comportamiento del usuario por el control de los datos en internet».

El domingo pasado, el candidato de extrema derecha Jair Bolsonaro fue elegido presidente con el 55% de los votos tras una campaña especialmente agresiva y contaminada por la desinformación en las redes sociales.



Una semana antes del segundo turno, la justicia electoral abrió una investigación después de que el diario Folha de Sao Paulo revelara que varias empresas habían financiado el envío masivo de mensajes en WhatsApp calumniando al izquierdista Fernando Haddad, rival de Bolsonaro en el balotaje.

Para entonces, todo tipo de informaciones falsas circulaban ya por los celulares de millones de brasileños, como un montaje fotográfico que mostraba a Haddad distribuyendo biberones con forma de pene en las guarderías cuando era ministro de Educación (2005-2012).

El propio Enem también resultó alcanzado por la desinformación: en la mañana del domingo, el organismo público que gestiona la prueba tuvo que publicar un desmentido oficial tras propagarse por las redes sociales un mensaje anunciando que el examen había sido anulado a causa de fraudes.

El tema de las redacciones del Enem es normalmente objeto de numerosos debates en Brasil, donde las pruebas son seguidas con mucho interés por los medios de comunicación.

El año pasado, la disertación fue sobre «los retos de la educación para sordos en Brasil», mientras que en 2016 discurrió sobre «los medios para combatir la intolerancia religiosa» y en 2015 trató de «la persistencia de la violencia en la sociedad brasileña».