Ducha de agua fría para la lucha contra el cambio climático. Las emisiones de CO2 (dióxido de carbono) de las energías fósiles, principal causa del calentamiento, registraron en 2018 un alza inédita en 7 años, alejando al mundo todavía más de las metas del Acuerdo de París.
Según un informe científico anual publicado este miércoles al margen de la 24ª Conferencia sobre Clima de la ONU que se celebra en Polonia, las emisiones de CO2 ligadas a la industria y a la combustión de carbón, petróleo y gas, crecerán 2,7% respecto a 2017, tras un alza de 1,6% el año pasado y luego de tres años casi estables.
Hay que remontarse a 2011 y al final de la crisis financiera de 2008 para hallar un dato peor, dijo a la AFP el climatólogo Glen Peters, del centro de investigación Cicero de Oslo, y uno de los autores del estudio publicado en la revista Open Access Earth System Science Data.
«El crecimiento de la economía y la energía están superando a las políticas» climáticas, subrayó el investigador. «Estamos lejos de la trayectoria que nos permitiría permanecer en un alza de la temperatura de 1,5ºC o incluso 2ºC», los objetivos del Acuerdo de París, según Peters.
«Crece la retórica pero no la ambición, hemos derrapado completamente», agregó.
– Verano e invierno extremos en EEUU –
La fuerte alza de este año está alimentada sobre todo por un auge de las emisiones en China (+4,7%), primer emisor mundial, cuyos esfuerzos habían no obstante aportado buenos resultados en los años anteriores, según el 13º balance anual del Global Carbon Project, realizado por 80 científicos.
Estados Unidos, segundo país contaminante, registró un alza de 2,5% en 2018. Para los investigadores, no es forzosamente un reflejo de las políticas anticlima de la administración Trump, sino más bien de un invierno y un verano extremos, que incrementaron el uso de la calefacción y el aire acondicionado.
El aumento en India, 4º país contaminante, fue de 6,5%.
Las emisiones europeas en cambio retrocedieron (-0,7%), aunque con disparidades nacionales.
– El petróleo, en aumento –
Además del carbón, que sigue siendo el enemigo número uno, el consumo de gas natural aumentó un 2% anual en el mundo entre 2000 y 2017, y +8,4% en China, que lucha contra la contaminación del aire.
En cuanto al petróleo, se creía que se había tocado techo en cuanto a su consumo. Al contrario, el número de vehículos crece 4% cada año, con un porcentaje irrisorio para los eléctricos.
Por su parte, el consumo de combustible para la aviación comercial se disparó 27% en 10 años.
«Si bien hubo progresos notables en materia de energías limpias y vehículos eléctricos, éstos no son suficientemente elevados para perturbar el avance de las energías fósiles», según Peters.
En total, las emisiones de CO2 de las energías fósiles alcanzarán previsiblemente un récord de 37,1 Gt en 2018, concentrando las 3/4 partes de los gases de efecto invernadero, y a las que se añaden 5 Gt relacionadas con la deforestación.
– «Abrir los ojos» –
Con estos datos, ¿cómo logrará el mundo frenar rápidamente las emisiones antes de empezarlas a reducir? Y es que si el mundo pretende permanecer en un aumento de la temperatura de 1,5ºC respecto a la era preindustrial, estas deberán reducirse en 45% en 2030 respecto a 2010.
«Éste todavía no es el techo de las emisiones» esperado, aunque tampoco es un regreso a los niveles elevados de los años 2000, dijo Corinne Le Queré, de la Universidad de East Anglia, este de Inglaterra.
Para el climátologo Kevin Anderson, de la Universidad de Manchester, es «hora de abrir los ojos»: «Con un fondo de ilusión colectiva, de cumplimientos parciales y de mentiras, las emisiones continuarán aumentando», comentó.