Las claves para ser más felices y tener más suerte, son tan sencillas como complicadas de implementar con naturalidad en nuestars vidas.

Aprovechar nuevas oportunidades

Las personas que se autodefinen como afortunadas son capaces de detectar y aprovechar oportunidades en el momento adecuado.



Cuando se les presenta un nuevo camino, lo transitan sin dudarlo.

En cambio, con la gente desafortunada sucede exactamente lo contrario, dice Wiseman.



Seguir nuestro instinto

Aprovechar esa nueva oportunidad tiene mucho que ver con seguir nuestros instintos.

Y los afortunados no tienen miedo de hacerlo.

Si algo les da buenas sensaciones, hacen un acto de fe y se lanzan a ello.

Pero las personas con mala suerte son analíticas por naturaleza y tienden a pensar demasiado en la situación, lo que termina convirtiéndose en una gran desventaja.

Según Wiseman, «les lleva más tiempo decidir las cosas y, a menudo, su forma de pensar no es muy útil».

Confiar en que todo saldrá bien

Como optimistas que son, los afortunados esperan lograr el éxito en todos los proyectos que emprenden.

«Esperan que las cosas salgan bien, y esa convicción se convierte en una profecía autocumplida», afirma Wiseman.

Puede que no funcione siempre, pero tener una actitud positiva los ayuda a seguir adelante incluso en momentos difíciles.

Esta cualidad tiene un efecto dominó y termina atrayendo a otras personas.

En las personas con mala suerte, su naturaleza pesimista los domina.

Como resultado, dice Wiseman, la gente «tiende a evitarlos porque siempre están muy apagados».

Mantenerse positivo

La clave es mantenerse positivo.

A todos nos suceden cosas malas, pero los afortunados consiguen recuperarse de esas experiencias.

Aprenden de las situaciones y siguen adelante.

Esto transforma la mala suerte en buena.

Pero los que se consideran «desafortunados» se dejan arrastrar incluso por las cosas negativas más banales.

Están convencidos de que el futuro será sombrío y de que no merece la pena intentar cambiarlo.