El alcalde de Nueva York, Bill de Blasio, pretende que las vacaciones pagas sean obligatorias en su ciudad y propondrá un decreto en este sentido, el primero de ese tipo en Estados Unidos.

Ninguna ciudad o estado de Estados Unidos impone el principio de las vacaciones pagas, lo que hace de este país un caso único en el mundo desarrollado.



Solo las empresas que acceden a contratos públicos están obligadas, en algunos casos, a garantizar que sus empleados reciban un salario vacacional.



En Nueva York, más de 500.000 empleados están excluidos de un beneficio de este tipo, comprendidos los 200.000 que trabajan en hoteles y restaurantes, dijo el ayuntamiento en un comunicado emitido el miércoles.

De Blasio presentará su proyecto de decreto ante el concejo municipal, que en caso de aprobarse regirá para todas las empresas con al menos cinco empleados.

El objetivo de la medida es garantizar diez días hábiles de vacaciones pagas al año, dijo el alcalde en conferencia de prensa.

«Estamos en 2019», señaló. «Es hora de tratar a las personas decentemente, es hora de darles valor a las personas, no de pensar en ellas sólo como ruedas de una máquina, sino como personas que tienen derecho a vivir sus vidas plenamente».

«Algo está roto» en la sociedad estadounidense, añadió el político demócrata, y denunció un modelo que empuja a la gente a trabajar cada vez más.

El resultado de la votación deja pocas dudas, visto el fuerte apoyo que ha encontrado el proyecto entre numerosos ediles.

De Blasio, quien se presentó como un político con aspiraciones sociales desde su primera campaña electoral, ha acelerado el ritmo de las reformas en los últimos meses.

El martes anunció el establecimiento de un nuevo sistema de salud que garantizará el acceso a la atención sanitaria a todos los neoyorquinos, incluidos los inmigrantes indocumentados.