¿Alguna vez se ha preguntado por qué la prioridad del ministerio de Elías en los últimos días tiene que ver con la restauración de la relación entre padres e hijos (Mal 4.6)? Quizás sea porque el padre tiene un papel poderoso, tanto en el desarrollo de la salud emocional de su descendencia, como en la formación de sus percepciones acerca de Dios. Con su ejemplo, un padre puede atraer a sus hijos a Dios o alejarlos. A veces, la manera más fácil de entenderlo es mirando ejemplos paternales negativos:

  • El padre iracundo e impredecible infunde temor en sus hijos y les comunica que Dios es un tirano que ataca de improviso.
  •  Un padre que hace reproches y es exigente hace que sus hijos se sientan incompetentes. Ven a Dios como un tirano de tareas que nunca está contento.
  •  El padre frío o ausente envía el mensaje de que sus hijos no son importantes, y que tanto él como Dios están demasiado ocupados para atenderlos.
  • La naturaleza dura e indiferente de un padre arrogante hace que sus hijos no se sientan amados y lleguen a la conclusión de que el Señor tampoco los ama.
  • Un padre criticón o abusivo comunica que su hijo no vale nada, y que Dios rebosa de condenación.

Pero un hombre que ama y obedece a Dios proporciona a sus hijos una relación saludable, no solo consigo mismo sino también con el Padre celestial.



Piense en cómo su padre terrenal ayudó a moldear su percepción de Dios. La Biblia revelará si su comprensión del Señor está enraizada en la verdad o en el error. Si su padre distorsionó su visión de Dios, sepa que Dios es el Padre perfecto, y pídale que le ayude a ver esa verdad.