¿Qué usos le damos a la palabra sexo en la actualidad?
La etimología de la palabra sexo contrasta con los usos que le solemos dar en la actualidad y que frecuentemente se resumen en tres:
El “sexo que se hace”
Este uso reduce la palabra sexo a las situaciones de encuentro íntimo con otra u otras personas. Es decir, frases como “hace tiempo que no tengo sexo” o “ayer tuve sexo con un chico” asocian el sexo con las relaciones sexuales . Dicho uso es especialmente frecuente en medios de comunicación en cualquier titular de cualquier noticia.
El “sexo que se tiene”
Este uso se refiere a los genitales. Y no es un uso correcto porque, a pesar de lo que aún puede creer mucha gente, los genitales no definen nuestro sexo. O dicho de otra forma, los genitales no determinan nuestra identidad sexual.
El “sexo que se es”
Este es el uso más correcto y armónico de la palabra con respecto a sus orígenes. Esta expresión es la que da sentido a la Sexología, ya que es la que hace referencia a la identidad sexual, a que somos seres sexuados, sirviéndonos de ese “sexo” como un diferenciador, una potentísima fuente de diversidad.
El lenguaje construye conductas, actitudes y esquemas mentales. Por eso es importante que la palabra sexo tenga un uso que nos permita hablar con mucha más armonía. Así podremos situar cada concepto donde corresponde, para que nos permita describir la realidad de la mejor forma posible: si no existe una buena descripción de la realidad, difícilmente podremos plantear las preguntas adecuadas acerca de ella y mucho menos obtener respuestas.