Cargamentos de ayuda humanitaria para Venezuela se replegaron en medio de disturbios que dejaron dos muertos, ante lo cual el líder opositor Juan Guaidó, reconocido como presidente encargado por medio centenar de países, pidió a la comunidad internacional considerar «todas las cartas» para su país.
Guaidó, quien está desde el viernes en Colombia, anunció que el lunes participará en una reunión del Grupo de Lima, que integran países latinoamericanos, a la cual acudirá también el vicepresidente de Estados Unidos, Mike Pence.
Allí, se discutirán «posibles acciones diplomáticas», dijo Guaidó en una declaración a la prensa al final de la jornada en Cúcuta, en la cual pidió «que se mantengan todas las cartas sobre la mesa».
Poco antes, el secretario de Estado norteamericano, Mike Pompeo, condenó en Twitter «los ataques a civiles perpetrados por los matones» del gobernante Nicolás Maduro y prometió «tomar acciones» para apoyar la democracia en Venezuela, pues «ahora es momento de actuar para apoyar las necesidades del desesperado pueblo venezolano».
– Jornada violenta –
La jornada fijada por Guaidó como el día en que ingresaría la ayuda internacional comenzó con fuertes disturbios en las poblaciones fronterizas cercanas a los puntos de partida de los camiones que debían trasladar los alimentos y las medicinas.
Un menor de 14 años y un adulto fallecieron por impacto de bala en Santa Elena de Uairén, en el estado de Bolívar (sur), limítrofe con Brasil, según la ONG Foro Penal, crítica del gobierno. Además, unas 60 personas resultaron heridas, muchas de ellas por impacto de balas.
El viernes había muerto un mujer en choques en esa zona.
«¡Presidente (Maduro) esta es tu Fuerza Armada, mira cómo nos disparan!», denunció José David Morales, de 45 años, mientras mostraba restos de proyectiles disparados en el sector El Salto, de Bolívar, donde vecinos exigían el paso de la ayuda por la frontera con Brasil.
En la frontera con Colombia, los uniformados impidieron, con bombas lacrimógenas y balas de goma, el ingreso de cientos de manifestantes y furgones por los puentes que comunican a las ciudades venezolanas de Ureña y San Antonio con Cúcuta, mayor centro de acopio de la ayuda.
Dos de los camiones fueron quemados y decenas de personas sacaron bolsas y cajas para evitar que las llamas consumieran la ayuda. Los seguidores de Guaidó acusaron a civiles armados afines a Maduro. El gobierno, por su parte, responsabilizó a Guaidó y al presidente colombiano, Iván Duque, de la violencia.
«Esta acción pacífica y de carácter humanitario ha sido interrumpida desde Venezuela bajo el régimen usurpador de Maduro con una represión violenta y desproporcionada», dijo el canciller Carlos Holmes, al anunciar el repliegue de los camiones.
Guaidó dijo temprano que la ayuda había pasado la frontera con Brasil, pero los camiones con ayuda humanitaria debieron regresar a la ciudad limítrofe de Pacaraima la tarde del sábado, tras haber permanecido durante el día apostados en la frontera, comprobó la AFP.
Un barco que zarpó de Puerto Rico, un territorio estadounidense en el Caribe, con carga de ayuda humanitaria para Venezuela «recibió amenaza directa de fuego por parte de naves venezolanas», informó el gobernador Ricardo Rosselló.
Otro buque aguarda en la isla de Curazao autorización para llevar asistencia a Venezuela.
Para lanzar el operativo humanitario, a Guaidó lo acompañaron los presidentes de Colombia, Iván Duque; Chile, Sebastián Piñera, y de Paraguay, Mario Abdo, así como el secretario general de la OEA, Luis Almagro.
La movilización para hacer entrar la ayuda fue «impresionante» y «debilitó aún más a Maduro, pero no fue el golpe de gracia», opinó Michael Shifter, de Diálogo Interamericano, en Washington.
En Caracas, miles de opositores vestidos de blanco y ondeando banderas venezolanas protestaron frente al aeropuerto militar La Carlota, en tanto que Maduro presidió una multitudinaria marcha de seguidores, durante la que anunció la ruptura de relaciones con Colombia.
– Deserciones –
En medio de los choques, desertaron al menos 60 militares y policías venezolanos, que pasaron al lado colombiano, según informó Migración de Colombia.
La policía colombiana dio protección a los uniformados desertores y uno de ellos, con uniforme de la Guardia Nacional Bolivariana, lloró con las manos en alto tras agradecer haber podido cruzar la frontera.
Guaidó ofreció amnistía a los miembros de la Fuerza Armada, principal sostén del gobierno socialista, que rompan con Maduro.
«Los soldados con quienes he hablado han respondido a su deseo de vida y futuro para sus hijos que el usurpador no les garantiza», dijo Guaidó, tras reunirse con varios de ellos en Cúcuta.
Para el analista David Smilde, experto en Venezuela de WOLA, «la oposición buscó poner a los militares en la mira y estimular deserciones significativas». Sin embargo, destacó: «sólo tuvo éxito a una escala muy pequeña».
Las fronteras de Venezuela con Colombia en la región de Táchira y con Brasil se encuentran cerradas por orden de Maduro, que considera la ayuda como un pretexto para una intervención militar de Estados Unidos.
– Ruptura con Colombia –
El lanzamiento del operativo humanitario provocó el anuncio de Maduro de la ruptura de relaciones con Colombia.
«He decidido romper todas las relaciones políticas y diplomáticas con el gobierno fascista de Colombia», afirmó Maduro, ante miles de seguidores.
Pero Colombia dijo que no reconoce al gobierno «usurpador» ni su anuncio de romper relaciones.
Maduro, respaldado por Rusia, aseguró que jamás renunciará a la presidencia.
«Jamás me doblegaré, jamás me rendiré», agregó Maduro, al insistir en que el presidente estadounidense Donald Trump quiere adueñarse de las riquezas de este país petrolero.