El fundador de los talibanes, el fallecido mulá Omar, vivió durante años cuando era uno de los hombres más buscados del mundo al lado de una base estadounidense en el sur de Afganistán, afirma un libro de una periodistas holandesa.

«Buscando un enemigo», de Bette Dam, una biografía del mulá tuerto, afirma que el hombre vivía a 5 km de una base estadounidense en la provincia de Zabul.



Durante años vivió recluido, sin que ver a su familia y tomando notas en un idioma imaginario, afirma la autora que, en cinco años de investigación, dice haber interrogado a decenas de jefes talibanes, y al guardaespaldas del mulá Omar.



Para Washington, que prometió una recompensa de 10 millones de dólares por informaciones que permitan su captura, el mulá Omar estaba refugiados en Pakistán.

Según el libro, cuando cayó el régimen taliban en 2001 luego de cinco años en el poder, el mulá Omar transmitió sus atribuciones a otro jefe del movimiento para convertirse en algo parecido a un jefe espiritual.

En un primer momento se refugió en un pequeño complejo de Qalat, capital de la provincia de Zabul (sur). La familia con la que vivió durante tres años no sabía quién era.

Las fuerzas estadounidenses casi lo capturan dos veces, asegura la periodista. La primera, el mulá Omar se escondió detrás de una pila de leña cuando pasaba la patrulla. La segunda, las tropas extranjeras registraron todo el complejo, salvo la habitación en la que estaba.

Cuando la base Lagman estaba en construcción en 2004, a unos centenares de metros de su refugio, el mulá cambió de escondite en esa misma provincia. Pero poco después se construyó a 5 km de su escondite una segunda base, Wolverine.

Más de 1.000 militares estadounidenses, así como miembros de las fuerzas especiales británicas y estadounidenses, estaban destacados allí. El mulá Omar no cambió de refugio y salía pocas veces fuera, utilizando túneles cuando bombardeaban los aviones estadounidenses, indica el libro.

El fundador de los talibanes estuvo años aislado, escuchando la BBC en pastún. El mulá murió en 2013. Durante dos años los talibanes mantuvieron en secreto su muerte.