Reflexiona un poco: ¿la vida sexual con tu pareja es la misma que cuando empezaron a salir? No es una regla, pero el hecho de que el sexo sea más frecuente al inicio de una relación, sucede en la mayoría de los casos y tiene una razón científica.
Dicen que el inicio de la vida sexual marca un antes y un después, pues una vez que tienes relaciones sexuales, crece tu deseo por seguir experimentando, lo cual se repite cuando comienzas una relación amorosa.
Esto sucede porque si el sexo es bueno con tu nueva pareja, tu cuerpo produce endorfinas, dopamina y serotonina, hormonas relacionadas con el placer, lo que estimula el sistema de recompensa, produciendo una pseudoadicción. Por lo tanto, sentirás una necesidad de volver a experimentar ese estimulo placentero.
Pero esta adicción no es eterna, pues al momento en que las relaciones se vuelven rutinarias o más espaciadas por falta de tiempo o cualquier otra causa, la sensación del inicio se amortigua y tu cuerpo se olvida del clímax y excitación que alcanzó previamente, por lo que ya no necesitará activamente un nuevo encuentro sexual.
Además, según un estudio publicado en la revista Sexual and Relationship Therapy, esto es más común en mujeres. Según la investigación, su disminución en el deseo sexual a lo largo de una relación, se debe a que en el inicio tienen la necesidad de conectar íntimamente con la pareja y cuando esto ocurre, el deseo baja.
Otros factores que reducen el deseo sexual
Además de lo anterior, hay otros factores que pueden influir en una reducción en tu libido o deseo sexual, algunos de ellos, según Mayo Clinic, son:
– Hormonas. A diferencia de los hombres, la libido de las mujeres es variable, pues está condicionada por los cambios hormonales, tanto del ciclo menstrual como de etapas como el embarazo y la lactancia, sin dejar de lado la menopausia.
– Medicamentos. Si recientemente iniciaste un tratamiento médico, éste podría influiren tu deseo sexual. Consulta con tu médico si éste es uno de sus efectos secundarios.
– Fatiga. Ya sea por la vida diaria o provocada por una enfermedad.
– Estrés. Problemas en el trabajo, familia u otros, pueden repercutir en tu deseo sexual.
– Problemas de autoestima. Si sufriste algún cambio en tu cuerpo o por alguna razón dejaste de sentirte atractiva, es común que tus ganas de tener sexo con tu pareja, se reduzcan.
Si ya identificaste la razón por la que tu deseo sexual y el sexo con tu pareja han reducido considerablemente, lo siguiente es atenderla. En caso de ser un tema de pérdida de novedad, pueden recuperar la chispa inicial a través del erotismo o juegos sexuales, pero sobre todo, con comunicación.