Tal como hace el actual presidente de los Estados Unidos, todos los mandatarios del país tienen vehículos especiales para transportarse. Señala MSN que al avión en el que viaja el presidente de EE.UU. se le denomina Air Force One, el Marine One es el helicóptero que usa para trayectos más cortos y por otro lado tenemos a “The Beast”, apodo con el que se conoce a la limusina que lo traslada en tierra.
Cadillac One o “La Bestia”
El transporte terrestre oficial del presidente de los Estados Unidos es llamado Cadillac One, aunque por su fama de seguro y poderoso, también es conocido como “La Bestia”.
El Cadillac One o “La Bestia”
La flota de 12 vehículos en los que el presidente puede viajar es fabricada por General Motors, pero diseñada por el Servicio Secreto. El vehículo del presidente Trump cuenta con sangre de emergencia y está completamente sellado para que el mandatario esté a salvo en caso de un ataque químico.
El Cadillac One o “La Bestia”
Además, sus puertas y ventanas son a prueba de balas.Pero no sólo eso, también tiene cañones de gas lacrimógeno.
El Cadillac One o “La Bestia”
Entre otras cosas, este vehículo tiene cámaras de visión nocturna, rastreo por GPS y un sistema de comunicación satelital que le permite al presidente estar en contacto permanente con la Casa Blanca y el Pentágono.
El Cadillac One o “La Bestia”
En la limusina usada por el expresidente Barack Obama también se contaba con un tanque de oxígeno en la cajuela para que se pudiera renovar el de la cabina del presidente en caso de que no pudiera abandonar el vehículo. Sin embargo, no se sabe si esto también forma parte del automóvil de Trump.
El Cadillac One o “La Bestia”
El tanque de combustible también contaba con seguridad especial para que no explotara, aunque sufriera un fuerte impacto. Otra de las cosas que no se sabe si los vehículos del actual presidente tienen, pero sí tenían los del presidente Obama, es un recubrimiento especial en los neumáticos para evitar que estallen.
El Cadillac One o “La Bestia”
Además de contar con rines lo suficientemente fuertes como para sostener el auto en caso de que el recubrimiento de las llantas fallara y se poncharan.