Los Warriors cayeron en la Final de la NBA ante los Toronto Raptors y perdieron por el camino a Klay Thompson y Kevin Durant, lesionados de gravedad y agentes libres el 30 de junio. Comprometidos salarialmente, solo con Stephen Curry sano y con Los Angeles Lakers como favoritos, los californianos ven comprometida su dinastía y se encuentran en un callejón sin salida.
Golden State buscaba su cuarto anillo en cinco años y el tercero consecutivo, lo que lo hubiera unido para siempre a equipos históricos como los Minneápolis Lakers (1952-1954), los Boston Celtics (1959-1966), los Chicago Bulls de Michael Jordan (1991-1993 y 1996-1998) y los Lakers de Kobe Bryant y Shaquille O’Neal (2000-2002) como los únicos en firmar un «tree-peat».
En cambio, la derrota ante Toronto (4-2) pudo marcar un antes y un después en el futuro inmediato de la franquicia, que se mudará a la Bahía de San Francisco a partir del próximo curso.
Durant sufrió una rotura del tendón de Aquiles de su pie derecho en el quinto juego de la Final y se perderá la próxima temporada. Thompson, por su parte, se rompió el ligamento cruzado anterior de su rodilla izquierda en el sexto y se perderá al menos la mayor parte de la 2019-2020.
Ambos podrían firmar por otro equipo… o renovar por los Warriors. En cualquier caso, ninguna de las tres partes parece en disposición de luchar por el anillo en una campaña en la que los Lakers parecen los nuevos favoritos tras incorporar el sábado al estelar pívot Anthony Davis procedente de los New Orleans Pelicans.
«Tenemos a estos jugadores en la más alta estima. No sería un buen dirigente si no comprendiese el valor que tienen para nuestro equipo. Son dos jugadores fantásticos. Son el tipo de jugadores por los que hay que darlo todo para quedarse con ellos», señaló el general mánager de los Warriors, Bob Myers.
«La lesión de Kevin ha redefinido completamente lo que puede pasar. No sé lo que Kevin quiere hacer pero sé que todos queremos que se quede», dijo por su parte el técnico del equipo, Steve Kerr.
– Sin margen –
Con el límite salarial fijado en unos 109 millones de dólares para la próxima temporada, Golden State tiene cerca de 76 comprometidos en Curry (40,2), Draymond Green (18,5) y Andre Iguodala (17,2).
Así, podrían intentar renovar a Klay y/o a «KD», renunciar a ambos y buscar otra estrella en el mercado o, como parece más probable, firmar de nuevo al escolta y llenar el equipo con jugadores por el mínimo.
Durant, antes de su lesión, parecía encaminado a Nueva York pero Mychal Thompson, padre de Klay y exjugador de los Lakers entre otros, afirmó que su hijo renovaría con los Warriors.
De cualquier forma, Golden State perderá también al poste DeMarcus Cousins y parece improbable que pueda competir directamente con los demás favoritos del Oeste salvo que el escolta vuelva antes de tiempo.
Aunque ellos no han perdido un ápice de ambición.
«Creo que todo el mundo piensa que es nuestro final. No creo que eso sea inteligente. Volveremos», aseguró Green.
«Creo que se ha probado mucho sobre quiénes somos como equipo y la adversidad que enfrentamos durante la postemporada. El ADN y el carácter que tenemos. No apostaría en contra de que volvamos a este escenario el año que viene», apuntó Curry.
– ¿Un nuevo ciclo? –
Golden State ganó un primer anillo en 2015 con Curry, Thompson y Draymond como columna vertebral. Tras perder la Final en 2016 ante los Cleveland Cavaliers de LeBron James, volvieron a dominar en 2017 y 2018 ya con Durant en sus filas. Ahora, con la posible marcha del alero, podrían decidir arrancar un nuevo proceso.
El armador -el mejor triplista de la historia de la NBA- tiene solo 31 años, mientras su socio de los Splash Brothers no cumplirá 30 hasta febrero. Con ellos como base, y con Draymond e Iguodala siendo agentes libres en 2020, la gerencia podría optar por comenzar un nuevo ciclo que los tenga como eje a partir de entonces, remozando un banquillo que ha mostrado más fragilidad que nunca.
El veterano Shaun Livingston (33) y el propio Iguodala (35) podrían optar por la retirada pero el joven pívot Kevon Looney (23) ha dejado claro que está listo para dar un paso al frente.
Los Warriors se han ganado la confianza y el reconocimiento en la última media década. Myers y Kerr han demostrado que forman parte de la élite en sus respectivos puestos. Y Curry avisa:
«Es duro perder una final pero nuestra historia no ha terminado».