Por Katherine Taveras
Mujer tan grande de la vida que te despiertas de mañana, que vas con esa frente erguida aun con las heridas en el alma. Mujer que sueñas y despiertas, buscando en días realidades, que trabajas por llegar al futuro, te dejas guiar por las señales.
Mujer que sudas toda la piel cuando en la fuerza tú te levantas, mujer que nunca cae al piso, porque se llena de mil esperanzas. Mujer que valiente te muestras, aunque tan débil te haz de sentir, que te agotaron las energías pero aun así sigues aquí.
Mujer que naces y glorificas en cada beso tu gran creación, mujer eterna madre y amiga, mujer que eres una canción. Tu fortaleza a mí me inspira, tu valiosa dedicación, la pasión emerge en la tierra cuando te acercas tal como el sol.
Eres ardiente, a veces tan fría, eres sublime, eres amor. Eres la rabia en pleno fuego si ves sufrir tu corazón. Eres la llama que un caballero a veces no sabe bien apagar, eres la seda que mal cuidada difícilmente se planchará.
Mujer que ruges como leonas cuando sus crías peligrarán, mujer que gritas cuando no aguantas, cuando injusticias arribarán. Mujer de hierro, mujer de fuego, mujer de agua o de papel, mujer que buscas en cada gesto a cada cosa hacer valer.
Mujer que vibras, que te desgastas, que te levantas cada mañana, no ves barreras, buscas fronteras, mujer de logros, mujer de guerra.