Los Angeles, Estados Unidos. Un egipcio residenciado en California fue imputado este miércoles por el homicidio de sus dos hijos severamente autistas en 2015, a quienes presuntamente ahogó al conducir su auto por un muelle hacia el océano.
El objetivo de Ali Elmezayen, según las autoridades, era cobrar el dinero por la póliza de seguro de sus niños de 13 y 8 años, quienes estaban con sus cinturones de seguridad en el asiento trasero de un Honda sedán, que cayó al fondo del mar desde el muelle de San Pedro, al sur de Los Ángeles.
El hombre de 44 años fue acusado además de intentar asesinar a su esposa Raba Diab, quien se salvó luego que un pescador le aventara un salvavidas, mientras el acusado nadaba a puerto.
El hijo mayor de la pareja, que sufría de una forma más leve de autismo, estaba en un campamento en el momento de la tragedia.
Elmezayen, quien fue arrestado en noviembre y se encuentra detenido sin fianza, también enfrenta cargos federales por fraude de seguros en relación con el accidente.
Les dijo a los investigadores que no sabía por qué se había caído del muelle y que podía haber apretado por error el acelerador en lugar del freno o que podía haber tenido un «mal dentro de mí que me empujó a ir».
El ciudadano egipcio recaudó más de 260.000 dólares de dos aseguradoras, a pesar de que dijo a los investigadores que sus hijos no tenían seguros de vida.
Las autoridades dijeron que Elmezayen transfirió la mayor parte del dinero a Egipto y dejó unos 80.000 en Estados Unidos que fueron confiscados.
Su juicio, en el que enfrenta unas dos docenas de cargos federales, incluido fraude, está previsto que comience el 3 de septiembre.
Luego enfrentará otro juicio en una corte del estado de California por homicidio e intento de homicidio, en el que los fiscales podrían pedir la pena de muerte.
Al comienzo la fiscalía en Los Ángeles descartó imputarlo por falta de evidencia, pero la investigación develó más información.
«Este caso muestra un plan calculado y de sangre fría para aprovecharse de las muertes de dos niños indefensos», dijo el fiscal estadounidense Nick Hanna cuando se presentaron los cargos federales en noviembre.
«Es una conducta que conmociona y haremos todo lo posible para asegurarnos de que se haga justicia».