La Haya, Holanda.Familiares de las víctimas del avión que realizaba el vuelo MH17, derribado en 2014 cuando sobrevolaba el este Ucrania, se reunieron este miércoles para conmemorar el quinto aniversario de la catástrofe y reclamar que se haga justicia.

El Boeing 777 de Malaysia Airlines, que había despegado de Ámsterdam con destino a Kuala Lumpur, fue alcanzado por un misil lanzado desde la región oriental de Ucrania, donde un conflicto enfrenta desde abril de aquel año al ejército con separatistas prorrusos. Los 283 pasajeros -196 de ellos holandeses- y los 15 miembros de la tripulación perecieron.



Las conmemoraciones organizadas en Holanda y Malasia tienen lugar menos de un mes después de que investigadores internacionales anunciaran que, tras un proceso iniciado en marzo, disponen de pruebas que señalan a tres rusos y un ucraniano como responsables de esta masacre.



Las familias holandesas en duelo se reunían este miércoles por la tarde en el memorial dedicado a las víctimas de la catástrofe, inaugurado en 2017 a pocos kilómetros del aeropuerto de Schiphol, en Ámsterdam.

Ubicado en el parque de Vijhuizen, el memorial consta de 298 árboles plantados en homenaje a cada unas de las víctimas, así como girasoles germinados a partir de semillas originarias de la región ucraniana donde se encontraron los restos de la aeronave.

«En este lugar únicamente de tristeza, la lectura nuevamente de los nombres de todas las víctimas es algo esencial», indicó en un comunicado una asociación de familiares de víctimas.

El primer ministro holandés, Mark Rutte, tomará la palabra en la ceremonia, en la que que también se ejecutarán cantos y música.

En Kuala Lumpur, estaba previsto observar un minuto de silencio.

Investigadores internacionales anunciaron el 19 de junio que habían identificado a cuatro sospechosos, quienes serán inculpados por asesinato por la Fiscalía holandesa.

Los rusos Serguéi Dubinsky, Igor Guirkin y Oleg Pulatov, así como el ucraniano Leonid Jarchenko, cuatro de los principales separatistas prorrusos en el este de Ucrania, serán los primeros procesados en el marco de este caso.

Tras este anuncio, el presidente ruso Vladimir Putin, afirmó que «no existían pruebas» de la implicación de Rusia, en tanto el primer ministro malasio tildó estas acusaciones de «ridículas».