Quisimos revisar algunas palabras y nos encontramos con varios errores. ¿Has utilizado ‘bizarro’ o ‘edil’? Aunque no lo creas, es probable que las hayas ocupado en un contexto que no corresponde.

Bizarro

‘Bizarro’ se usa para hablar de algo extraño o insólito, pero según la RAE, es otra cosa. El significado real es ‘valiente’, y una segunda acepción está más relacionada con alguien ‘generoso, lucido, espléndido’. De hecho, la Real Academia Española es clara en decir que “tampoco debe emplearse bizarría con el sentido de rareza o extravagancia”.



Tétrico

En la misma línea, encontramos ‘tétrico’. Uno de inmediato piensa que es algo tenebroso, pero la verdad es que no. En el diccionario se explica que este concepto es algo “triste, demasiadamente serio, grave y melancólico”. En ninguna parte se habla de algo que genere miedo.

¿Un edil no es un alcalde?

Otro clásico es hablar del ‘edil’. Suele verse en distintos portales que cuando se habla de un alcalde, se usa el sinónimo ‘edil’ para no repetir la palabra. Sin embargo, también está mal ocupado. Si bien se relaciona a un cargo público, no se hace referencia al jefe comunal. En realidad, decir ‘edil’ es otra manera de referirse a los concejales o a un miembro de una corporación municipal. Una segunda definición explica que este personaje en la Antigua Roma era un “magistrado a cuyo cargo estaban las obras públicas, y que cuidaba del reparo, ornato y limpieza de los templos, casas y calles de la ciudad de Roma”.



¿Tienes hambre? ¿Y el vituperio?

La palabra ‘vituperio’ es un clásico del lenguaje criollo. “Oiga, ¿y cuándo está listo el vituperio?”, se escucha en las casas chilenas, cuando queremos referirnos a algo para comer o un tipo de convivencia. Pues adivinen, en la RAE nada se menciona sobre el alimento. Las dos acepciones que hay son: “Baldón u oprobio que se dice a alguien” y “acción o circunstancia que causa afrenta o deshonra”.

¿Festinamos o festejamos?

A veces confundimos las palabras porque suenan parecido. Por ejemplo, si queremos referirnos a una celebración, hablamos de que queremos ‘festejar’, y muchos también dicen ‘festinar’, como una manera de alegrarse por algo o alguien.

La primera definición de la Real Academia Española sobre ‘festinar’ es ‘malversar’, o sea, “apropiarse o destinar los caudales públicos a un uso ajeno a su función”. Y una segunda se refiere a “apresurar, precipitar, activar”. Nada que ver con las celebraciones.

¿Recuerdas otra palabra que ocupemos mal diariamente?

Con información de Página 7