El consumo de alcohol en Rusia, país conocido por su pasión por el vodka, disminuyó en un 43% entre 2003 y 2016, según un informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS) publicado este martes.
«A Rusia se le considera uno de los países del mundo donde se bebe más alcohol (…) Sin embargo, en estos últimos años, la tendencia cambió», explica este informe, recordando que el alcohol fue una causa importante de muerte en los años 90 y tuvo también su impacto negativo en la crisis demográfica que siguió a la desintegración de la Unión Soviética (URSS).
Según los autores del informe, esta disminución del consumo de alcohol contribuyó a un aumento de la esperanza de vida, que en 2018 batió un récord en Rusia y se situó en 78 años para las mujeres y 68 para los hombres. A principios de la década de los 90 la esperanza de vida de los rusos era de 57 años.
Tras la desaparición de la URSS en 1991, el consumo de alcohol se disparó hasta llegar al año 2000. El gobierno de Vladimir Putin introdujo paulatinamente restricciones, como por ejemplo la prohibición de vender alcohol en los comercios después de las 11 de la noche, el aumento del precio de los licores fuertes y el fin de la publicidad para las bebidas alcohólicas.
Según los informes anuales de la OMS, los adultos rusos beben desde hace un tiempo menos alcohol que los franceses o alemanes.
Paralelamente, Rusia también libra una batalla importante contra el consumo de tabaco. El país prohíbe fumar en lugares públicos, como parques y a partir de ahora también en el balcón de casa.
El consumo de tabaco en Rusia se redujo en un 20% entre 2009 y 2016, según la última encuesta mundial sobre consumo de tabaco en adultos (Global Adult Tobacco Survey).