La música podría ser precisamente lo que necesitas para mantenerte firme con tu programa de ejercicios, incluso, seleccionar las canciones precisas podría mejorar tu desempeño físico. Así lo informó la Asociación Americana del Corazón (AHA), que compartió un estudio publicado en el boletín de Psychology of Sports and Exercise.
En el trabajo, los autores concluyeron que escuchar música motivacional durante entrenamientos de esprints e intervalos, tendría el potencial no solo de mejorar el nivel de goce del participante, sino también su rendimiento.
Las pautas federales para el ejercicio recomiendan que las personas hagan semanalmente por lo menos dos horas y media de actividad aeróbica de intensidad moderada, o 75 minutos de actividad intensa. Eso podría parecer un gran reto para quienes no son muy aficionados del ejercicio.
Por eso, en un intento por combatir el sedentarismo, el Departamento de Salud y Servicios Humanos de EE. UU. (HHS) actualizó las pautas de actividad física, planteando que cualquier movimiento es importante para la salud independientemente de su duración. La nueva idea busca que cada esfuerzo cuente, incluso si son solo dos minutos a la vez.
«Las nuevas pautas demuestran que todos pueden mejorar su salud simplemente moviéndose, en cualquier momento, en cualquier lugar y por cualquier medio», dijo Brett P. Giroir, secretario asistente de salud, en un comunicado de prensa de HHS.
Sin embargo, en la última década, los investigadores también comenzaron a establecer la idea de que la música dentro del ejercicio pueda quizás crear cierta ventaja. «Las personas a quienes he visto con dificultades en cuanto a su programa de ejercicio, o que comienzan y se dan por vencidos tan solo en un mes, podrían sentir que este es un método que les ayuda a disfrutarlo más», afirmó Costas I. Karageorghis, profesor de psicología del deporte y el ejercicio en la Universidad Brunel, en Londres, y uno de los autores del estudio.
Y agregó: «El verdadero beneficio de este tipo de investigación es lograr que cada vez más gente se pueda orientar hacia un estilo de vida más sano». En su estudio, las tasas de ritmo cardíaco y potencia pico generada en 24 participantes se elevaron más cuando estos escucharon música motivacional en lugar de programas hablados (podcasts), o nada de sonido. Cuando escucharon música, también indicaron sentir un mayor goce después de hacer ejercicio.
El rol de la música
Distintos tipos de música pueden causar diferentes rendimientos físicos y cognitivos, pero la mayoría de los expertos coinciden en que el simple hecho de escucharla ya marca una diferencia. Paige Cervantes, entrenadora profesional, dijo que la música correcta afecta su salud y felicidad, aun en días rigurosos en el salón de pesas.
«Especialmente, he visto que cuando sabía que iba a levantar más peso, sentí que mi rendimiento mejoraría si escuchaba música de rock. Algo tiene el sonido del ritmo y la guitarra que me pone de humor para poder levantar más peso, llego hasta exasperarme en cierta forma».
Karageorghis dijo que un buen lugar para empezar es buscando listas de canciones con un ritmo de 120 golpes por minuto, lo cual sería el ritmo de una caminata ágil. Con el tiempo, y conforme se intensifican los entrenamientos, el ritmo de la música también puede subirse hasta unos 140 golpes por minuto.
«Encuentro que las personas que dedican tiempo y energía a crear listas de canciones para sus sesiones de ejercicio realmente las disfrutan más que las que seleccionan la música al azar», aseguró el experto. Y anotó «Idealmente, es bueno cambiar la lista de canciones cada dos semanas para mantenerla original. Será más estimulante y es probable que la persona derive mayores beneficios atléticos y psicológicos que escuchando la misma lista una y otra vez».
Pero, estos beneficios no deben pasar por alto las precauciones, ya que adoptar este hábito al momento de realizar ejercicio requiere de mucho cuidado con el volumen. «Muchas de las instalaciones deportivas a las que acudo ponen la música muy por encima de 80 decibeles. Si puede conversar cómodamente con la persona de junto, es probable que el volumen esté bien».
Sus estudios anteriores mostraron que, comparados con entrenamientos sin música, hasta cuando alguien se ejercita más allá de sus niveles de comodidad, como, por ejemplo, a más de un 75% de su ritmo cardíaco máximo, la música puede ponerlo de buen humor, incluso con todo el cansancio o agotamiento de la sesión.
Los efectos positivos en el estado del humor son importantes, dijo Russell Pate, profesor de ciencias del ejercicio de la Arnold School of Public Health de la Universidad de Carolina del Sur. El experto, que no participó del estudio, explicó que mantener una rutina de ejercicio depende de muchos factores distintos que incluyen el apoyo de familiares y amigos. «Pero, entre más positiva sea la experiencia, mayor será la probabilidad de que optarán por hacerlo nuevamente el día siguiente y de ahí en adelante», concluyó.
Fuente Holadoctor.com