La nación dominicana acaba de sufrir en los últimos días una de las ofensas más graves que se le haya podido hacer desde su fundación en 1844 y su gloriosa guerra restauradora de 1863. De repente, y como por arte de magia, nuestra gloriosa enseña tricolor fue falsificada. Se le quitó su alma clavada en su centro con su Biblia abierta de par en par y su glorioso lema “Dios, Patria y Libertad”.

Y junto con todo esto, y observando bien, nos hemos dado cuenta que hasta las papeletas de 1000 pesos tiene una bandera sin su respectivo escudo.



Los estadios de pelota y distintas dependencias estatales hicieron lo mismo. El país se alarmó y se preguntó atónito quién pudo ser tan antidominicano para atreverse a ofender nuestra patria de esa manera y violar la Constitución de manera flagrante en su Artículo 31.



Con texto del Listin Diario.