Una mucosidad normal es blanca o incolora y tiene consistencia gelatinosa. En personas sanas, el volumen producido es pequeño, pasa a la laringe y es deglutido de forma inconsciente, por lo que se disuelve en el estómago. Sin embargo, cambios en color, consistencia y olor pueden dar algunas pistas sobre la salud.
“Los cambios en coloración, consistencia y olor pueden orientar a distintas causas o a determinadas enfermedades”, especifica en una entrevista con Infosalus el vocal de la dirección de comunicación de la Sociedad Madrileña de Neumología y Cirugía Torácica (Neumomadrid), el doctor José Andrés García Romero de Tejada, que enumera los distintos cambios que pueden suceder.
Así, el experto destaca, en primer lugar, cambios en la cantidad. Un aumento de la mucosidad de características normales “puede encontrarse en pacientes con rinitis alérgica, bronquitis crónica o simple goteo postnasal”, expone el miembro de Neumomadrid.
En cuanto a cambios en el aspecto y no en la cantidad, el doctor García Romero de Tejada menciona el esputo purulento, y apunta a que “se relaciona con procesos inflamatorios pulmonares, como infecciones, alergias o exposición a tóxicos ambientales”. En este caso “puede hacerse más viscoso” y “puede tener diferente coloración, como amarillenta, verdosa o marronácea”, añade el experto.
La coloración en este caso depende “del microorganismo implicado, tiempo de evolución y/o de la sustancia a la que se haya expuesto el paciente”, continúa el doctor García Romero de Tejada, que, no obstante, llama a la calma en este contexto.
“Salvo que el paciente sufra alguna otra enfermedad cardiovascular o respiratoria previa o alteraciones del sistema inmune, en la mayor parte de los casos, no hace falta consultar a los servicios sanitarios, ya que son cambios autolimitados en el tiempo que traducen una respuesta normal del organismo”, explica el experto de Neumomadrid.
Más cambios. El doctor García Romero de Tejada manifiesta que “grandes cantidades de mucosidad purulenta o broncorrea puede estar relacionado con enfermedades como las bronquiectasias, tuberculosis y abscesos pulmonares”.
Por su parte, “un esputo herrumbroso es una mezcla de esputo purulento y restos hemáticos, lo que hace que sea más oscuro y muy denso”, prosigue el miembro de Neumomadrid. Este esputo “es típico de la neumonía, por lo que, con clínica compatible, es decir, tos, fiebre y falta de aire, sería conveniente acudir al médico para valorar al paciente”, avisa el experto.
Un color rojo o rosado en la mucosidad “expresa la existencia de sangre entremezclada con la misma”, desvela el doctor García Romero de Tejada. “Si la mucosidad es más fluida o acuosa puede tener relación con la existencia de edema pulmonar”, matiza el experto.
En referencia a la existencia de sangre en la mucosidad, “la presencia de hilos de sangre o mucosidad roja suele ser frecuente en infecciones respiratorias leves por aumento de la congestión nasal y pequeños traumatismos, como un sonado repetido de nariz o un aumento de tos, que facilitan el sangrado”, comenta el doctor García Romero de Tejada.
Sin embargo, “la expulsión de sangrado sin mucosidad con la tos, la hemoptisis, es un dato clínico de enfermedad potencialmente grave”, avisa el vocal de la dirección de comunicación de Neumomadrid. En este supuesto “habría que solicitar valoración médica para evitar posibles complicaciones”, alerta.
La escala de colores acaba con el negro. “La expulsión de esputo de color negro o negruzca es muy típico de la exposición a materiales inorgánicos, como pasa, por ejemplo en los mineros del carbón”, indica el experto. Asimismo, “también pacientes fumadores o consumidores de droga inhalada pueden presentar expectoración más oscura”, agrega el el doctor García Romero de Tejada.
Por último, aunque menos frecuente, según el experto, también puede verse el negro en “enfermos con infecciones por hongos, normalmente con alteraciones graves del sistema inmune, tuberculosos o en pacientes con metástasis de melanomas”.
CAMBIOS EN CONSISTENCIA Y OLOR
Según confirma el experto de Neumomadrid, “los cambios en densidad también pueden orientar a distintas enfermedades”. “Normalmente el moco es viscoso, pero aumentos de densidad suelen producirse en infecciones del aparato respiratorio”, comenta el doctor García Romero de Tejada.
Por otro lado, “la expulsión de tapones de moco que adoptan la imagen del árbol bronquial pueden sugerir un asma bronquial crónico y aspergilosis pulmonar alérgica”, prosigue el experto.
Asimismo, el miembro de Neumomadrid alude a “la expulsión de una secreción muy acuosa por la nariz”, que “podría deberse a una fuga del líquido que protege el sistema nervioso central, el líquido cefalorraquídeo”.
Este supuesto se acompaña habitualmente de “signos de alarma, como vómitos explosivos, rigidez de nuca, sensibilidad a la luz, deterioro del nivel de conciencia”, destaca el experto, que agrega que en este caso habría que consultar de forma urgente a un médico.
“Por último, es importante tener en cuenta otras características en el estudio del esputo, como el olor”, concede el doctor García Romero de Tejada, que distingue que “un olor fétido orienta a una infección por microorganismos anaerobios”.
Pero el doctor García Romero de Tejada avisa de que “los cambios no suelen ser motivo para acudir al médico, salvo presencia de enfermedades graves concomitantes, especialmente si son cardiovasculares o del aparato respiratorio”.
“El color de la expectoración, salvo en caso de hemoptisis, no es un buen indicador de la gravedad del paciente, teniendo más importancia el tiempo de evolución o el resto de síntomas que componen el cuadro clínico”, concluye el miembro de Neumomadrid.