Boeing llevó a cabo con éxito el lunes un test de separación de emergencia de la cápsula espacial Starliner, que se espera que transporte astronautas estadounidenses a la Estación Espacial Internacional en un futuro próximo, posiblemente en 2020 si las próximas pruebas van bien.

La prueba duró alrededor de 95 segundos y se desarrolló en la base militar de White Sands, en una zona desértica del estado de Nuevo México, en el suroeste de EEUU.



La cápsula se fijó en una pequeña plataforma de despegue, luego se encendieron los cuatro motores de emergencia, simulando una emergencia en la que la cápsula, que irá fijada a la parte superior de un cohete, tendría que separarse de la nave para traer de vuelta a los astronautas a la Tierra.



Los cuatro motores de la Starliner lanzaron al cielo la cápsula a toda velocidad. Al cabo de 20 segundos, los paracaídas del aparato se abrieron.

El Starliner comenzó a descender entonces poco a poco hasta caer mansamente sobre unos colchones de aire colocados en el desierto.

«Los datos iniciales muestran que la prueba de expulsión fue un éxito», comentó en un video Jessica Landa, portavoz de la sección espacial de Boeing.

Boeing es una de las dos compañías, junto con SpaceX, escogidas por la NASA para construir naves que conectarán la Tierra y la Estación Espacial Internacional. Desde el final de los transbordadores espaciales de Estados Unidos en 2011, solo los rusos tienen la capacidad de hacerlo mediante el sistema Soyuz.

Boeing prevé un lanzamiento completo de la Starliner hacia la Estación Espacial Internacional el 17 de diciembre, tal y como hiciera en marzo SpaceX con su cápsula Crew Dragon.

Según la NASA, los primeros lanzamientos con humanos a bordo deberían llegar en 2020, pero este cronograma está condicionado al éxito de múltiples pruebas que aún se tienen que hacer en tierra. SpaceX, en concreto, aún no ha finalizado las pruebas de los paracaídas de su nave.