Sigo mi camino único de crecimiento espiritual, y aprendo a confiar en Dios con cada experiencia. Al dejar ir las preocupaciones y afrontar los retos confiando en Su guía, avanzo con seguridad. Me siento más consciente y conectado con la actividad de Dios.

El crecimiento espiritual trae consigo la responsabilidad de vivir según mi fe, de ser un ejemplo y de servir. Aunque puedo ver el propósito de mi vida como multifacético, siendo voluntario, ejerciendo mi profesión y compartiendo mi bien, lo hago todo en servicio a Dios. Sirvo al bien mayor cuando permito que mi amor y respeto irradien, cuando me vinculo de corazón a corazón y cuando presto atención a la dirección divina acerca de lo que debo hacer.