Frank Ordóñez planeaba llevar a sus hijas, de 5 y 3 años, a Santa’s Enchanted Forest este mes. Pero ahora su familia tiene que determinar cómo les dice que no va a volver a casa.
Ordóñez, de 27 años, fue el chofer de un camión de UPS que fue tomado de rehén por dos atracadores y pereció más tarde en una balacera entre los ladrones y la policía en Miramar, al norte de Miami, el jueves por la noche.
Sus piyamas todavía están sobre su cama, como hubiera acabado de irse al trabajo. El uniforme del día anterior también estaba en la habitación, escribió en Facebook su hermana, Sara Ordóñez.
Lo mismo sucedió con una caja de un par de botas nuevas.
“Me molesté contigo el martes porque no botaste la estúpida caja de zapatos, siempre dejas un desastre”, escribió. “Espero que tus botas nuevas te queden cómodas, hasta me enviaste las reseñas para que viera que tenías razón”.
Ordóñez le había enviado a su hermana una captura de pantalla de una reseña de la esposa de otro empleado de UPS.
Frente a su casa en Hialeah, el padrastro de Ordóñez, Joe Merino, pasaba del dolor a la furia al recordar el shock de enterarse del secuestro del hombre, y después de su muerte.
Merino dijo que la policía no mostró ningún interés en salvar la vida de su hijo durante el tiroteo. El hombre se preguntó por qué la policía no trató de controlar mejor la situación, como llevar un equipo SWAT y negociar con los atracadores. Ordóñez pereció desarmado durante la balacera.
“Fue como el salvaje oeste”, dijo.
Merino se alegró de que el FBI se haya hecho cargo de la investigación, después que agentes escoltaron la familia hasta su casa y permanecieron en contacto durante la mañana del viernes. Merino dijo que no había tenido contacto alguno con ninguna otra agencia policial involucrada en el caso.
Merino fue empleado de UPS, donde trabajó dos decenios. El hombre compartía la alegría de Ordóñez de estar conduciendo un camión después de pasar cinco años cargándolos. Ordóñez había comenzado a cubrir turnos cuando otros conductores estaban de vacaciones o enfermos.
“En enero ya iba a tener una ruta fija”, dijo.
Mientras familiares y amigos llevaban a la casa, deteniéndose a abrazar a Merino, a llorar en su hombro y a ofrecerle condolencias, Merino recordó a Ordóñez como una persona noble completamente a sus dos hijas.
“Todo era para sus hijas”, afirmó.
Ordóñez acababa de poner los adornos de Navidad frente a la casa y planeaba llevar las niñas a Santa’s Enchanted Forest pronto. Mientras pensaba en cómo le iba a dar la noticia a las niñas, Merino alejó la mirada, buscando palabras.
“¿Cómo le digo a dos niñas de tres y cinco años que su papá no va a regresar a casa?”
Ordóñez fue una de cuatro personas abatidas después que la policía dijo que dos atracadores secuestraron un camión de UPS tras robar en una joyería en Coral Gables el jueves por la tarde. Entonces hubo una persecución policial hasta la I-75, que culminó el jueves por la noche en un violento tiroteo en una concurrida calle de Miramar a la hora de mayor tráfico.
“Nos entristece profundamente saber que un conductor de UPS fue víctima de este absurdo acto de violencia. Expresamos nuestras condolencias a la familia y a los amigos de nuestro empleado y a las demás víctimas inocentes involucradas en el incidente”, declaró UPS en un comunicado. “Frank se unió a UPS en julio de 2016, trabajando primero como manejador de paquetes y luego como conductor”.