Una de las situaciones más curiosas respecto de nuestras mascotas ocurre cuando les hablamos. Veamos a los perros: cuando les decimos algo, es habitual que inclinen la cabeza y parezca que nos están haciendo una reverencia. Incluso, en ocasiones, cuando les estamos diciendo que algo está mal, hacen movimientos parecidos al arrepentimiento. Aunque no todo es lo que parece.
Generalmente, si le hablamos a un perro lo más habitual es que incline la cabeza y nos preste atención. Pero hay que tener en cuenta que este movimiento se realiza como una manera de expresar arrepentimiento, sino que en realidad lo llevan a cabo con el fin de entendernos mejor: su cabeza y oídos estarán en buena posición con el fin de escuchar los sonidos que les queremos hacer llegar.
No hay que olvidar que los perros tienen capacidades para reconocer su nombre, relacionar palabras y tonos de voz, y para leer nuestras emociones. De esta forma, cuando inclinan la cabeza lo que hacen en realidad es entender lo que les estamos diciendo. Por una parte nos ven mejor, ya que nos miran frente a frente. A eso hay que añadir que la inclinación de la cabeza provoca que el oído esté en la dirección adecuada para captar los sonidos que se están emitiendo en esos momentos.
Finalmente, al ver cómo el can inclina la cabeza, también podemos asegurar que nos está prestando atención, reforzando así una actitud positiva y que, incluso, podría llegar a tener su propia recompensa.
La próxima vez que veas cómo el perro inclina la cabeza cuando estás hablando con él, ten en cuenta que no se está arrepintiendo de nada, sino que en realidad nos está escuchando para saber con exactitud qué es lo que le estamos intentando decir.
Con información de Faunatura