Una síntesis de estudios que abarca a 250.000 mujeres de Estados Unidos publicada no encontró ningún vínculo estadístico entre el uso de talco en los genitales y el riesgo de cáncer de ovarios.
Cuatro de cada 10 mujeres en Estados Unidos usan o han usado talco en esta zona de su cuerpo para absorber la humedad o perfumar, mediante aplicación directa en los genitales o poniendo en la ropa interior, la toalla sanitaria o el tampón.
Son principalmente las generaciones mayores las que hacen esto, pero la práctica persiste, aunque en menor medida, entre las más jóvenes.
En la década de 1970, surgió la preocupación por la contaminación del talco con amianto, un tipo de mineral similar pero contaminante. Estudios posteriores subrayaron un mayor riesgo de cáncer de ovario en las usuarias de talco, pues se creía que podía llegar a los ovarios a través de la vagina y el útero.
Pero había una duda sobre la realidad de este vínculo, ya que el número de estudios realizados en cinco décadas ha sido bajo y con resultados estadísticamente no concluyentes.
El efecto del uso de talco es difícil de identificar de forma aislada porque los cánceres de ovario son raros: solo 1,3% de las mujeres corren el riesgo de sufrirlo en su vida.
Por lo tanto, un grupo de investigadores de varios centros de Estados Unidos produjo una síntesis de cuatro grandes estudios que evaluaron a un cuarto de millón de mujeres de 1982 a 2017. Estos estudios realizaron un cuestionario a las participantes cada uno o dos años respecto a varios aspectos de la salud, incluido el uso de talco o de otro tipo de polvos.
Al aumentar el tamaño de la muestra de participantes se buscaba poder detectar con validez estadística efectos débiles que, en una población más pequeña, no serían detectables.
– Estudio riguroso –
De las 250.000 mujeres seguidas durante un promedio de 11 años, se reportaron aproximadamente 2.200 casos de cáncer de ovario.
El resultado importante es que no se observaron diferencias estadísticas entre las mujeres que dijeron usar talco y aquellas que nunca usaron talco. Lo mismo ocurre al comparar la frecuencia o la duración del uso.
«No existe una asociación estadística significativa entre la utilización declarada de talco en los genitales y el riesgo de cáncer de ovario», escriben los autores del análisis, publicado en la revista JAMA.
«Este es un estudio bien hecho», dijo Iain McNeish, director del centro de investigación del cáncer de ovario en el Imperial College de Londres.
Como siempre en los estudios de observación, no es posible concluir sobre la causalidad, solo sobre la ausencia o presencia de relaciones estadísticas.
«Sigue habiendo incertidumbre sobre la existencia de tal asociación», escribió Kevin McConway, profesor de estadística aplicada de The Open University. Si el vínculo entre el talco y el cáncer realmente existiera, agrega, «el aumento en el riesgo probablemente sería pequeño».
La síntesis publicada el martes es el análisis más grande jamás realizado sobre el tema hasta la fecha, y es probable que no sea posible hacerlo mejor en el futuro ya que menos mujeres usan talco, dicen los expertos en un editorial publicada por Jama.
En Estados Unidos, Johnson & Johnson ha sido demandado ante la justicia por miles de miles de mujeres por sus productos con talco, acusados de ser cancerígenos.
En 2018, sin ir más lejos, la compañía fue condenada a pagar 4.700 millones de dólares a 22 mujeres, un fallo que fue apelado.
En octubre, debió retirar un lote de talco para bebés después de que inspecciones sanitarias descubrieran rastros de amianto.