Día tras día observamos como menores de edad incurren en delitos que desgarran el alma a toda nuestra sociedad, por desgracia cuentan con un código del menor el cual impide que reciban condenas justas, acordes con el daño que han causado, sobretodo si tomamos en cuenta la perversidad con la que actúan.
Urge revisar y actuar, el crimen organizado les utiliza por la gran ventaja que representa y lo rápido que salen de prisión.
Los Centros de Corrección aparentemente en lugar de regenerarlos produce un efecto contrario. Casos para analizar hay de más, pero no hay voluntad para actuar.
En lugar de ofrecer discursos con palabras bonitas, estadísticas amañadas y llenas de falsedad es tiempo de actuar, antes que sea demasiado tarde.