Puerto Rico toma la organización de la Serie del Caribe de béisbol, entre el 1 el 7 de febrero, como un apoyo emocional tras una serie de terremotos que asolaron este mes a la isla caribeña.

«No es un secreto la situación emocional que vive nuestro pueblo. La Serie del Caribe no ha llegado en mejor momento. Es el momento de apoyar a nuestro equipo, a los peloteros puertorriqueños», expresó Wanda Vázquez Garced, gobernadora de la isla durante una conferencia de prensa.



Al menos, 8.000 personas residentes del área suroeste del país continúan refugiadas en estadios y parques tras haber perdido completa o parcialmente sus residencias a raíz del terremoto del 7 de enero y cientos de réplicas.



El presidente estadounidense Donald Trump declaró el jueves pasado la situación de desastre en Puerto Rico tras los terremotos que han sacudido a este territorio estadounidense por más de dos semanas.

La capital puertorriqueña está lista para celebrar la edición 62 de la Serie del Caribe en el estadio Hiram Bithorn con la participación de novenas del anfitrión, México, República Dominicana, Panamá, Venezuela y, por primera vez, de Colombia.

Esta edición estrena nuevo formato con tres partidos diarios: a las 10:00 a.m., 2:30 p.m. y 8:00 p.m., con excepción del domingo 2 de febrero, cuando los juegos serán a las 11:00 a.m., 3:30 p.m. y 8:30 p.m.

«Es un reto que tenemos con la celebración de estos tres juegos diarios, creo que esto va en beneficio del evento porque con la inclusión de nuevos equipos le estamos dando una magnitud internacional a lo que es el evento”, manifestó Juan Francisco Puello Herrera, Comisionado de la Confederación de Béisbol del Caribe, durante la rueda de prensa.

La serie la abrirán los campeones defensores, Panamá, contra los anfitriones boricuas el 1 de febrero.

Al momento, ya han clasificado los Astronautas de Panamá, Vaqueros de Montería de Colombia y los Cangrejeros de Santurce de Puerto Rico. Quedan por definirse los representantes de Venezuela, República Dominicana y México.

Se estima que el impacto económico será de 10 millones de dólares, que incluyen estadías en hoteles y gastos de los visitantes, manifestó Carmen Yulín Cruz, alcaldesa de San Juan.