La máxima autoridad médica de Estados Unidos consideró en un informe publicado el jueves que no existen pruebas suficientes de que el cigarrillo electrónico ayude a dejar de fumar, y se mostró contraria a promover su uso, a diferencia de los parches de nicotina y las terapias conductuales.
La conclusión choca con lo que el gobierno británico, por ejemplo, recomienda a los fumadores, en un momento en que el vapeo está siendo atacado en Estados Unidos y otros países debido a su creciente popularidad entre los jóvenes y el riesgo potencial de sufrir alguna enfermedad respiratoria. Public Health England, la agencia de salud británica, recomienda explícitamente el vapeo para dejar de fumar basándose en estudios con fumadores seguidos durante largos lapsos de tiempo.
«Los cigarrillos electrónicos, un conjunto de productos que cambian constantemente, se usan de múltiples maneras. Por lo tanto, es difícil generalizar su efectividad sobre la base de ensayos clínicos que utilizan un cigarrillo electrónico particular», concluye el informe firmado por el «cirujano general» del país, Jerome Adams.
«En este momento no hay prueba adecuada para concluir que los cigarrillos electrónicos, en general, incrementan el número de personas que dejan de fumar», continúa el informe.
El informe cita estudios que concluyen que ciertos cigarrillos electrónicos ayudan a los fumadores, pero según el alto funcionario médico, estos estudios no permiten concluir de manera rigurosa que todos los productos de vapeo son igualmente efectivos.
«Hay miles de productos diferentes en las categorías de cigarrillos electrónicos y vapeo, miles. Realmente necesitamos más investigación para determinar qué dispositivos tienen el potencial de ayudar a dejar de fumar, a quiénes y en qué circunstancias», explicó Adams en una conferencia de prensa.
Los métodos cuya eficacia ha sido demostrada son las terapias conductuales, los productos con nicotina aprobados por la agencia de medicamentos (FDA) como los parches para la piel, los chicles y las grageas, y el apoyo en textos y en internet.
– Lo que sí funciona –
«Las terapias conductuales y los siete medicamentos aprobados por la FDA son eficaces de manera independiente, pero cuando se usan juntos aumentan en gran medida la probabilidad de que alguien deje de fumar», insistió Adams.
El aumento en los impuestos al tabaco, las advertencias en los paquetes de cigarrillos y las prohibiciones de fumar en espacios públicos también funcionan, concluye el informe avalado por más de 150 científicos, que participaron en su realización y revisión.
El gobierno de Donald Trump anunció recientemente la prohibición de algunos tipos de vapeadores que se encuentran actualmente en el mercado, los que tienen recargas o cartuchos cerrados y aromas distintos al tabaco y al mentol, particularmente utilizados por los jóvenes.
La edad mínima para comprar productos de vapeo y de tabaco también aumentará en el otoño boreal de 18 a 21 años en todo el país.
Según el estudio anual sobre jóvenes y tabaco del gobierno estadounidense, el 27,5% de los estudiantes de último año de secundaria dijeron haber vapeado en los últimos 30 días de 2019, en comparación con el 11,3% en 2016.