Su vida es un misterio. Las esposas de los líderes del narcotráfico juegan un papel fundamental para los cárteles; sin embargo sólo se conoce su nombre cuando las autoridades los vinculan con alguna investigación.
Emma Coronel
Coronel, de 29 años, es la última mujer Guzmán Loera, quien la conoció cuando era una reina de belleza en Sinaloa, con 17 años. El capo irrumpió en la coronación con todo sus séquito de pistoleros.
Ahora, el matrimonio tiene dos gemelas Emali Guadalupe y María Joaquina. A la primera le llaman Mali y a la segunda Kiki.
“El Chapo” le dobla la edad. Cuentan los que conocen a la pareja que se casaron el mismo día que Emma cumplió 18.
La también hija de otro narcotraficante mexicano, acudió a casi todas las audiencias del dictamen contra “El Chapo”, donde los líos amorosos de éste llegaron a presentarse como prueba para argumentar hasta qué punto controlaba la organización criminal.
En una de éstas, se revelaron múltiples mensajes de texto que Guzmán intercambió Coronel, en ellos hablaban de cuestiones familiares. En uno explicaba que Emma debía llevar “una vida normal” consciente de que podrían utilizarla para seguir sus movimientos y localizarle en alguno de sus escondites.
También le decía que borrara todos los mensajes. El teléfono móvil se reemplazaba continuamente para evitar a las fuerzas del seguridad y tenía instalado un programa que le permitía espiar llamadas.
Según los testimonios, Coronel trató siempre de mantener un perfil bajo mientras Guzmán estaba fugitivo. Los encuentros en pareja eran esporádicos y aunque ha negado siempre estar al corriente de los negocios de su marido, durante el juicio se presentaron pruebas que revelaron que estuvo implicada en el escape de la prisión de Altiplano.
Hace dos años, cuando Joaquín Guzmán Loera fue extraditado, Emma se lanzó en redes sociales para recordarle que prometió amarlo toda su vida
Marina Mora
La soga alrededor del cuello de José Antonio Yépez Ortiz, “El Marro”, parece estar apretándose después del reciente arresto de su esposa, Karina Mora en Celaya, Guanajuato.
Hasta hace unas días, la existencia de la mujer del líder del grupo criminal Cártel Santa Rosa de Lima era sólo una anécdota. Un nombre sobre la supuesta pareja sentimental de uno de los enemigos públicos de México.
A más de un año de la cacería contra su cónyugue y con toda la presión política encima, Karina fue detenida la semana pasada por las fuerzas de seguridad en Celaya, Guanajuato. La relación con “El Marro” y con el grupo delictivo la convirtieron en símbolo de esa lucha.
Las autoridades no han dado más información sobre la nueva captura de la operadora del Cártel Santa Rosa de Lima; sin embargo, medios locales consignan que Karina Mora es originaria de Tierra Blanca, Veracruz, y junto con su hermana, Angélica —capturada en marzo de 2019— , era reconocida por su alta actividad en redes sociales.
Según la información existente, conforme creció el nivel de vida de ambas hermanas, éstas comenzaron a apoyar a sus amigos y a varias causas de la ciudad.
La última publicación de Karina en Facebook la realizó en 2018 cuando comenzaron a circular fotografías de ella con el supuesto líder criminal.
Rosalinda González
Rosalinda González Valencia, esposa de Nemesio Oseguera, “El Mencho”, pertenece a una numerosa familia originaria de Aguililla, Michoacán, y es conocida como “La Jefa” dentro del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG).
Los González Valencia, son un clan de 12 hermanos que formaron Los Cuinis, actual brazo financiero y empresarial del grupo criminal de Jalisco.
La mujer y sus 7 hermanas (Rosalinda es la mayor), son identificadas por las autoridades como responsables encubiertas de los negocios del CJNG. Ellas son Noemí, Berenice, Marisa, Erika, María Elena, Abigail y Estela, quienes tomaron un relevante papel en la administración de los negocios ilícitos del grupo criminal, sobre todo a partir de la detención de cinco de sus hermanos: Ulises, Elvis, José y Abigael.
La historia del criminal más buscado en el mundo y Rosalinda se escribió en 1986 cuando “El Mencho” cuidaba los plantíos perteneciente a Manuel Salcido Uzeta, “El Cochiloco”, un viejo líder del extinto Cártel de Guadalajara, y por quien conoció a los cabecillas de la organización de “Los Cuinis”.
La relación de Nemesio con los líderes de dicha célula criminal fue tan estrecha, que comenzó con un amorío con Rosalinda González.
