
Dios nos habla a todos, pero la manera en que reaccionamos depende de la condición de nuestro corazón. Al escuchar la voz del Señor, algunos creyentes se sienten motivados a mejorar su relación con Dios y a obedecerlo, mientras que otros lo rechazan debido a que sus corazones se han endurecido.
Un cambio de receptividad puede ser difícil de reconocer, pues ocurre poco a poco y a menudo se justifica o excusa. ¿Cómo reacciona usted cuando el Espíritu Santo le habla? Considere las siguientes características de un endurecimiento en desarrollo:
- Insensibilidad a lo que Dios dice
- Resistencia la a autoridad de Dios
- Desobediencia a lo que el Señor le pide que haga
- Justificación de la conducta pecaminosa
- Rechazo de la reprensión por parte de otros
- Obsesión por las cosas mundanas
- Poco interés en asuntos espirituales
- Poco interés por la lectura de la Biblia y la oración
- Negligencia para reunirse con otros creyentes para adorar
Se ha identificado con alguna de dichas conductas, no es demasiado tarde; pídale al Señor que moldee su corazón (Is 64.8; Jer 24.7). Recuerde que Él se especializa en hacer nuevas todas las cosas (2 Co 5.17) y se deleita cuando lo buscamos.
Fuente Encontacto.org