Al viajar en un avión, los pasajeros tienden a hacer un sinnúmero de cosas que podrían poner su salud en riesgo.
Aquí algunas de las costumbres comunes que el experto no recomienda que se hagan a bordo de un avión:
Beber agua de la pluma:
Según Ott, generalmente se recomienda que no se beba agua del grifo cuando viajas a destinos desconocidos. Pero este consejo es mucho más importante en los aviones debido a que el agua se almacena en tanques que pueden contener gran cantidad de bacterias y parásitos. “No bebo el agua del grifo, ni siquiera la uso para lavarme los dientes”, agrega el experto, quien recomienda comprar una o dos botellas de agua tras pasar el control de aduanas. El experto también recomienda no tomar café, té u otra bebida que requiera agua porque “incluso si el agua no fuera el problema, las cafeteras no son las mejores”.
Leer las revistas.
Es uno de los objetos que, junto con los asientos de los aviones, acumulan más virus y bacterias. Ott dice que los asientos de los aviones rara vez se limpian bien y las revistas corren la misma suerte. “Cientos de pasajeros pasan por el mismo avión y hojean las páginas, seguro que alguno puede tener gripe o algún otro virus o bacteria”. Por eso él nunca lee las revistas ni toca nada en el bolsillo del asiento. “Mi consejo es que traiga sus propias revistas”.
Caminar descalzo por el avión.
Ott es tajante, nunca está bien hacer eso. Aunque dice que mientras estás en tu asiento te puedes quitar los zapatos, pero no para caminar más allá de este espacio. “Los aviones son uno de los lugares biológicamente más terroríficos en y sobre la tierra, cualquier herida menor podría estar expuesta a bacterias potencialmente mortales”, advierte.
Permanecer sentado por mucho tiempo.
Si es un viaje largo, es absolutamente “crucial levantarse, vigorizar el cuerpo y promover un buen flujo sanguíneo”. Así evitas que se forme un coágulo de sangre potencialmente mortal.
No usar capas de ropa.
Según Ott, la clave para una experiencia de viaje feliz es vestirse con “layers”, debido a que en casi todos los viajes aéreos son, o demasiado calurosos o fríos. Y las capas ayudan a prepararse y planificar para ambos, pero también pueden en caso de que tengas que taparte la nariz y la boca inmediatamente si alguien estornuda.
Poner objetos de valor en los compartimentos superiores.
Por ejemplo, el pasaporte, billetera y tableta permanece en su mochila de mano o bolsillos. “Con demasiada frecuencia, la persona se da cuenta de lo que falta después de que el avión ha aterrizado”.
Discutir con la tripulación.
Según el experto en viajes, aunque no va a evitar que te enfermes, es importante no hacerlo. Sobre todo, explica, porque la tripulación está para ayudar, así que lo mejor es seguir siempre sus recomendaciones, porque son los que saben qué se puede o debe hacer en cualquier situación a bordo. Cabe recordar que estas discusiones pueden acabar con el avión desviado y el pasajero conflictivo desalojado en cualquier aeropuerto cercano.
Deshidratarte.
El ambiente en la cabina del avión es muy seco y puede deshidratarte sin que te des cuenta, lo que también te hace más susceptible a contraer gérmenes. De ahí la importancia de beber suficiente agua o jugos, usar una crema hidratante para la piel y vaselina para los labios. Ott también recomienda que comiences a hidratarte bien desde el día antes del viaje.