Un familiar o un amigo íntimo te ha pedido cierta cantidad de dinero para sus necesidades. Salvo que te sobre, aceptar la petición es una mala decisión.
Estas cosas no suelen acabar bien. Pero hay veces que no queda más remedio, así que vamos a ver 5 consejos de los expertos si tienes que prestar dinero a un familiar o amigo, y no quieres terminar enemistados.
El problema es que, por simple estadística, muchos de estos préstamos nunca se devuelven, especialmente si son bajos.
La confianza hace que los plazos se relajen, o el destinatario nunca consigue reunir el dinero. Este tipo de compromisos económicos siempre generan estrés y situaciones incómodas, incluso aunque te devuelvan el préstamo. El experto en finanzas personales de la firma ValuePenguin, Joe Resendiz, vía Business Insider, nos ofrece 5 consejos para lidiar con este compromiso.
Resendiz cita una encuesta a personas que han prestado dinero a conocidos, así como aquellos que lo han recibido, y en un tercio de los casos, se producen sensaciones incómodas. Un 14% reconoce «sentimientos heridos». Más de un 10% sufrieron resentimiento, que llevó a una diminución del contacto con los implicados. Otro porcentaje similar admite que el préstamo «hizo un daño irreparable a la relación».
Evita el préstamo… si puedes
El consejos más sensato y juicioso, es rechazar la petición del préstamo… aunque tengas que mentir. Evalúa la situación del conocido. Quizá se está aprovechando de tí y solo quiere el dinero para un capricho, o conoces su sueldo e ingresos y sabes que si ahorra un poco no va a necesitar ese préstamo. Si es así, pon un excusa: que has metido tus ahorros en un plan de jubilación, que tienes que cambiar el coche, que te vas comprar un ordenador o un móvil nuevo… Intenta esquivar la situación como puedas. Ahorrarás males mayores.
Obviamente, hay casos en los que ese conocido necesita el dinero de verdad, y no le puedes dejar tirado. Si es así los siguientes consejos del experto Joe Resendiz te ayudarán.
Evalua qué tipo de préstamo quiere
Lo primero que hay que valorar, es el tipo de préstamo que ese familiar o amigo te ha pedido. Según Resendiz los más comunes son los gastos para una avería del coche o para comprar uno nuevo, para hacer la compra, o para pagar el alquiler.
Pero también hay veces en las que un familiar cercano te pide la tarjeta de crédito, o firmar una hipoteca. Esto es más problemático porque si luego no paga la mala reputación la tendrás tu, e incluso puedes entrar en listas negras de bancos y empresas.
Acepta que quizá no recuperes el dinero
Según ValuePenguin en los préstamos entre particulares solo se recuperar entre el 52 y el 75% de lo prestado, de media. Lo más común es que te devuelven una parte, y al final acabes perdonando algo. Así que debes hacerte a la idea de que es probable que pierdas al menos el 25% de lo que prestes.
Resendiz asegura que la forma en que agradecen el préstamo ya indica si lo van a devolver. Si te dicen «gracias», «te prometo que lo devolveré» o «te lo pagaré», mal asunto…
Piensa en un plan B si no te lo devuelven
Cuando prestes dinero a un familiar o amigo, si ese dinero te supone un trastorno económico tienes que tener un plan alternativo para lo que ocurra en el peor de los casos. Es decir, si no te lo devuelven.
El experto aconseja hablarlo claramente con el conocido. Si acordáis que lo devuelve en X tiempo, pregúntale: «¿Y qué hacemos si en esa fecha no puedes devolverlo?». Según lo que te responda, tendrás una idea de sus intenciones.
Resendiz aconseja poner un interés o un recargo, pero eso en España es muy complicado, porque estaría muy mal visto y dañaría la relación.
Es cierto que, a veces, especialmente si es un familiar íntimo o un amigo al que le debes un favor, no se puede hacer esa pregunta. En ese caso la carga te corresponde a tí. Traza un plan por si paga: comprueba si puedes asumir ese gasto y dónde tendrás que recortar si no lo recuperas.
Ayuda a que te devuelvan el préstamo
A veces la persona que te ha pedido el préstamo lo ha hecho porque sencillamente no sabe gestionar su dinero. Es un malgastador, o no llega un control de gastos.
Ayúdale enseñándole apps que sirven para ahorrar, búscale consejos y trucos para reducir gastos, y vigila su día a día para darle un toque cuando veas que está malgastando.
En muchos casos estás personas lo único que necesitan es a alguien que les enseñe cómo llevar su dinero, o que les echen una pequeña bronca cariñosa cuando gastan de más.