Lavarse con mucha frecuencia puede no ser una buena idea. Al menos eso es lo que pensará David Whitlock , que no se ha lavado en 12 años. Químico e inventor de un original detergente, tuvo la gran idea mientras observaba a los caballos revolcarse por el suelo: El sucio, de hecho, tendría bacterias que evitarían la sudoración.
Según Whitlock, «el hombre no debe perder el tiempo lavándose, sino que debe vivir con las bacterias del cuerpo para no sudar y no emitir malos olores».
Whitlock, se dio cuenta de que los animales utilizan las bacterias del lodo para no oler mal, y decidió hacer un experimento y dejó de bañarse. Con el objetivo de conseguir este resultado, aisló las bacterias del barro que neutralizan el olor y las aplicó en su propio cuerpo. No se ha duchado desde entonces y tampoco encuentra un motivo para volver a hacerlo, según ha comentado. «He pensado en ello muchas veces, y podría hacerlo, pero no siento la necesidad».
Todo esto forma parte de un intento por recrear las condiciones originales de la piel. Asegura que los productos químicos en nuestros jabones y champús han destruido todas las bacterias amistosas que una vez habitaron nuestra piel y nos mantenían limpios. Únicamente utiliza agua cuando necesita eliminar la suciedad. Aparte de eso, Whitlock procura no mojarse, porque al hacerlo destruiría la flora natural de la piel.